Cuando se escriba la historia de 2009 los cronistas resaltarán que fue el año de la crisis, de la gripe y de la fusión de las cajas, entre otros muchos sucedidos. Al principio -y al final- fue la crisis que lo marcó todo, incluidas las elecciones de marzo, y derramó una lluvia de malas noticias: la economía en recesión, caída espectacular de las cuentas públicas, el paro rondando los cuatro millones, miles de empresas cerradas o con dificultades, caída alarmante del consumo?
¿Cuándo amainará la tormenta?. Depende. Según el Eurobarómetro de otoño, el 89% de los españoles creen que la situación económica es mala y temen que irá a peor, percepción en línea con el FMI, el Banco de España o la Comisión Europea. Por contra, el presidente del Gobierno sostiene una "inminente salida de la crisis", aunque por predicciones anteriores sabemos que el de la profecía no es un don con el que esté adornado Rodríguez Zapatero.
Rumiando la crisis estábamos cuando en el estío irrumpe con fuerza la Gripe A, que encendió todas las alarmas. Pasó el otoño, empezó el invierno y nada ocurrió, salvo los "trancazos" de todos los años. Pero se alarmó a la población y se compraron millones de vacunas para combatir a un enemigo creado por una manipulación global para hacer un negocio planetario. Un personaje de El Roto lo resume todo con una reflexión: "La gripe resultó ser gripe, disculpen el susto que les dimos? y el negocio que montamos". Pues eso.
Y el año termina en con la Ley de las Cajas y el debate de la fusión. De esta se habla en las tertulias, en los medios de comunicación, en la red y en el Parlamento. No sé cual será el final pero, después de "acordos y desacordos", aún faltan los duelos descarnados entre los localismos de arriba y los localismos de abajo que, con fusión o sin ella, pueden acabar "deslocalizando" las cajas, que son vitales para Galicia . ¡Que paisanaje!
¿Qué se puede esperar de 2010? Traerá otras historias, pero cabe la posibilidad que Zapatero acierte en sus pronósticos porque algún día el país saldrá de su larga recesión, la gripe ya no nos asusta y la fusión parece un hecho casi consumado. Por tanto, que no decaiga la fiesta de fin de año, que malo será.
¿Cuándo amainará la tormenta?. Depende. Según el Eurobarómetro de otoño, el 89% de los españoles creen que la situación económica es mala y temen que irá a peor, percepción en línea con el FMI, el Banco de España o la Comisión Europea. Por contra, el presidente del Gobierno sostiene una "inminente salida de la crisis", aunque por predicciones anteriores sabemos que el de la profecía no es un don con el que esté adornado Rodríguez Zapatero.
Rumiando la crisis estábamos cuando en el estío irrumpe con fuerza la Gripe A, que encendió todas las alarmas. Pasó el otoño, empezó el invierno y nada ocurrió, salvo los "trancazos" de todos los años. Pero se alarmó a la población y se compraron millones de vacunas para combatir a un enemigo creado por una manipulación global para hacer un negocio planetario. Un personaje de El Roto lo resume todo con una reflexión: "La gripe resultó ser gripe, disculpen el susto que les dimos? y el negocio que montamos". Pues eso.
Y el año termina en con la Ley de las Cajas y el debate de la fusión. De esta se habla en las tertulias, en los medios de comunicación, en la red y en el Parlamento. No sé cual será el final pero, después de "acordos y desacordos", aún faltan los duelos descarnados entre los localismos de arriba y los localismos de abajo que, con fusión o sin ella, pueden acabar "deslocalizando" las cajas, que son vitales para Galicia . ¡Que paisanaje!
¿Qué se puede esperar de 2010? Traerá otras historias, pero cabe la posibilidad que Zapatero acierte en sus pronósticos porque algún día el país saldrá de su larga recesión, la gripe ya no nos asusta y la fusión parece un hecho casi consumado. Por tanto, que no decaiga la fiesta de fin de año, que malo será.
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