Wednesday, July 29, 2009

Kolakowski

Me entero a través de un buen amigo y compañero de piso en aquel Madrid efervescente del 23-F, hoy decano en Salamanca, que ha fallecido Kolakowski, y me percato de que ha pasado sin pena ni gloria el pasamiento de una de las mentes más brillantes del siglo XX. El filósofo polaco que contaba aquella anécdota del niño que se negaba a decir en clase qué era su padre porque le avergonzaría ante sus compañeros reconocer que era filósofo, fue en su muerte el ejemplo más característico de la época que nos ha tocado vivir, de esta transición secular donde lo banal se ha convertido en el paradigma de la vida cotidiana, a la espera de que alguien se invente un posmarxismo que haga más digerible la soberbia de este capitalismo intratable tras la caída del muro de Berlín. Que se lo digan al presidente de la patronal.

En una conferencia, el profesor de Chicago pensaba en voz alta para qué servía la historia y el pasado. Hoy podemos convertir estas palabras en la pregunta del día a la vista de nuestros políticos actuales, profundos desconocedores de todo aquello que no sea su presente electoral. Nadie hay más ignorante de la Historia, incluso de su historia reciente, que el político, mago en el arte de las palabras que extraen de la chistera de feriante carismático. Kolakowski, por cierto, fue quien enfrentó lo carismático a lo racional, las chisteras al trabajo, la encuesta a la macroeceonomía.

Abrumados como estamos por el lenguaje de la responsabilidad social corporativa que se ha extendido como la gripe A entre la clase política, ahora nos preguntamos qué es el turismo sostenible, mientras se proclaman itinerarios y nuevas rutas culturales, eficiencia energética..., conceptos más propios de un buen gestor que de un gobierno que sigue dando palos de ciego a ver si salta la idea de pronto como una rana a orillas del estanque. Los empresarios agitan las aguas del río revuelto, los sindicatos continúan vacilando entre la obediencia debida y la autonomía beligerante, y los jueces decantan su profundo conocimiento en las investiduras de la res publica.

A los seis meses de entrar en Moncloa y de sus primeros ensayos de chistera y conejos blancos, algunos vaticinaban que Zapatero pasaría a la historia como uno de los más flojos presidentes de la democracia restaurada hasta hoy conocida. Ahora muchos apostarían por ello a la vista del cortejo de caballeros y damiselas reunidos en torno a la mesa redonda de la crisis mundial pero, eso sí, reverdescente. Lo malo es que tampoco hay alternativa creíble. La tiranía de los partidos, sin duda el peor cáncer de la mejor forma de gobierno conocida, que es la democracia, imposibilita que brillen los talentos que no se acomoden al peloteo partidista. O en palabras de Kolakowski, impiden que florezca lo racional frente a lo carismático.

Descanse en paz.

Una empresa gallega y global

La revista Gallegos que edita Ézaro Ediciones publica en su último número una amplia entrevista con el presidente ejecutivo de Blusens, una empresa compostelana que seguramente es más conocida en España y en el mundo que en Galicia y en la misma Compostela, de donde es natural.

Corría el año 2002 cuando José Ramón García y Miguel Silva crean esta empresa para competir en un mercado global con las grandes compañías de la electrónica de consumo. Procedían de dos mundos laborales distintos y tenían en común, además de su juventud, el ser dos personas emprendedoras que disfrutaban con el vértigo de la dinámica cambiante del mundo de la electrónica.

Su proyecto empresarial elaborado a lo largo de muchos meses colmaba todas sus aspiraciones, pero aquello parecía una aventura quijotesca fruto de las ensoñaciones de juventud de los dos protagonistas que solo tenían como avales un plan de empresa, ciertamente riguroso, y el valor intangible de los conocimientos técnicos, su profesionalidad y una fe ciega en sus ideas.

Y los bancos creyeron en ellos, apostaron por su plan de empresa, y en siete años aquellos "quijotes gallegos" consiguieron desarrollar desde Compostela la marca Blusens hasta convertirla en Blusens Global Corporation, una empresa innovadora y global, bien posicionada en los mercados a través de filiales comerciales que venden en 50 países de cuatro continentes un amplio catálogo de productos compitiendo con los gigantes del sector. Y lo más importante: desde Santiago, donde tiene su sede, crea empleo y riqueza para Galicia en investigación y desarrollo y con el ensamblaje de sus productos, que antes se hacía fuera.

Blusens es la prueba fehaciente de que "hay vida empresarial" más allá de los sectores tradicionales de la banca, la construcción, el turismo o los servicios. Sus fundadores y primeros ejecutivos encarnan una nueva generación de emprendedores gallegos con capacidad que "saben hacer mucho con poco" derrochando imaginación para gestionar adecuadamente recursos y tiempos. En épocas de bonanza y en situaciones de crisis que esta empresa, global en Galicia y gallega en el mundo, supera con notables crecimientos.

Thursday, July 23, 2009

Sobrados de razones

Aún resuena los ecos de los tractores que la semana pasada recorrieron lentamente las calles de Compostela y rodearon la muralla bimilenaria de Lugo en abrazo fraternal. La manifestación motorizada tuvo su continuidad en una multitudinaria y pacifica protesta a pie encabezada por Alba, Paula y Sheila, tres niñas procedentes de tres comarcas que portaban una pancarta con le leyenda: "Queremos vivir do campo, somos fillas de agricultores". Vivir del campo, eso es lo que piden, nada más y nada menos.

"O noso obxetivo non son as tractoradas nin as movilizacións, senon conseguir un prezo xusto para os nosos productos", decía un ganadero. Ellos pusieron su parte para ser competitivos: se endeudaron para invertir y modernizar sus explotaciones, compraron cuotas y rescataron del baldío grandes extensiones que transformaron en pastos esplendorosos para su ganado. A cambio solo piden que el precio de sus productos, el precio de la leche, cubra los costes de producción para evitar el cierre de sus explotaciones.

Pero, desamparados frente al mercado y sobrados de razones, tuvieron que salir a la calle como último recurso para romper la desidia de los gobiernos que ven como se hunde el campo y miran para otro lado en lugar de implementar políticas para salvarlo. Sus peticiones son pocas y razonables: vigilar la entrada de excedentes para evitar tanta competencia desleal, dar a conocer la procedencia de la leche que se comercializa en Galicia, fijar un precio razonable de referencia y que los gobiernos concreten ayudas directas para el campo que también es un "sector estratégico" en dificultades y merece la misma atención que otros sectores que están recibiendo ingentes cantidades de dinero para salvar esta coyuntura de crisis.

El acuerdo de mínimos alcanzado en la mesa negociadora debe restablecer la normalidad del mercado para salvar y poner en valor a este sector, que es clave para que tantas albas, paulas y sheilas puedan trabajar y vivir dignamente y para la propia supervivencia de Galicia. Por el empleo que genera, por las familias que mantiene, por sus productos que llenan nuestras despensas urbanas y porque cultiva y conserva con esmero el paisaje rural que es una de las grandes riquezas del país.

Wednesday, July 15, 2009

A Dios rogando

Etes Cuando Don Quijote propone a Sancho que deje la segunda tanda de azotes hasta que lleguen a la aldea, el fiel escudero, que tiene prisa por rematar la "penitencia" para desencantar a Dulcinea y cobrar su paga, replica que "quisiera concluir con brevedad aquel negocio a sangre caliente porque? en la tardanza suele estar muchas veces el peligro". Traigo a colación este episodio del fiel escudero por el largo proceso de la financiación autonómica que para Galicia no fue posible concretar "a sangre caliente" cuando Feijóo recibió mensajes contradictorios en sus entrevistas con Chaves y Salgado y, como ocurre con frecuencia en este país, "en la tardanza suele estar el peligro". Galicia resulta algo beneficiada o poco perjudicada, según se mire, en este quinto modelo de financiación, pero en el trayecto fue ninguneada hasta el final, hasta que recibió el documento del Gobierno que deja plenamente satisfechas a Andalucía y Cataluña, que además presume de haber condicionado decisiones y cifras, y resuelve su soledad parlamentaria. Las Comunidades del PSOE están neutralizadas y parecen contentas y las gobernadas por el PP, desencantadas con el proceso, se quejan del fondo y las formas.

Discrepo del discurso oficial porque el modelo acentuará las diferencias entre comunidades ricas y pobres y queda muy tocada la obligación constitucional de garantizar la igualdad de los ciudadanos y la cohesión de los territorios. Parece que a partir de ahora la tendencia la marcará lo que decía don Pedro da Ponte en su latín macarrónico "unusquisque arreglet se", es decir, que cada uno se busque la vida, porque en este Estado descentralizado las Comunidades ricas ya no están por la labor de seguir financiando territorios con rentas bajas, poblaciones dispersas o envejecidas y otras carencias. Por eso, si aguanta el tinglado y hay sexto modelo de financiación Galicia deberá presentar como aval su nuevo Estatuto y una aportación relevante al PIB en lugar de pedir migajas por la dispersión y el envejecimiento. Tiene potencial para ello siempre que, como concluía Sancho su razonamiento, se aplique aquello de "a Dios rogando y con el mazo dando", que significa ponerse a trabajar para converger con las regiones más ricas.

La tormenta económica

La economía, durante los últimos dos años, es la verdadera protagonista de la información. La crisis ha producido el saludable efecto de que los ciudadanos se hayan percatado de que la nube de riqueza aparente en la que vivían era sólo un efecto óptico del desierto real por el que atravesaba el tejido económico, construido sobre los sectores del sol y el ladrillo. Pero una borrasca de verano se encargó de vaciar esa nube en 2007, y las aguas torrenciales arrastraron aquellos espejismos con la violencia de una gota de agua fría.

Ahora la crisis produce, entre otros efectos, que los columnistas reclamen un nuevo modelo económico basado en sectores tradicionalmente desatendidos. Confieso que las tendencias producto de los vaivenes cíclicos siempre me han parecido dignas de cuarentena. Cuando cursaba estudios de posgrado y doctorado, los profesores me prevenían de aquellas empresas que concentraban su negocio o su clientela. En términos de marketing, jamás permitas que el 80 por ciento de tu negocio esté en manos del 20 por ciento de tus clientes. Simplemente, por sentido común: en estos casos la pérdida de uno de éstos se convierte en una tragedia griega. En cambio, lo que sí me pareció siempre un elemento fundamental para cualquier economía es el factor humano. Entre otras cosas, porque la economía es una ciencia humana y no exacta, en la que aquellas variables que más distorsionan las predicciones económicas tienen mucho que ver con el capital humano; por ejemplo, la innovación o la investigación.

La realidad, sin embargo, es abrumadora. El fracaso escolar es un tema que no merece atención económica; el fomento del talento pasa por un sistema de subvenciones que deja mucho que desear; la universidad es el paradigma de la rutina y la endogamia; de los medios de comunicación podemos afirmar irónicamente que son un ejemplo del fomento de la inteligencia y el estudio… ¿Sigo? En cifras: el 22% de los universitarios ocupan un puesto inferior al de su calificación, nueve puntos más que la media de la OCDE; entre las cien mejores universidades no hay ninguna española; el problema de la educación es un problema político, que se centra en aspectos colaterales, como el predominio de un idioma sobre otro, la bondad y utilidad de las asignaturas de nuevo cuño, la implantación de continuos y absurdos programas educativos del ministro de turno...

Thursday, July 09, 2009

Prescindir del coche

Hace unos años las revistas de dirección de empresas publicaban artículos sobre los símbolos de estatus en las organizaciones y solían poner como ejemplos los muebles de los despachos, la moqueta, alfombras o cortinas y tener muchas personas a su cargo. Pero el mayor símbolo de "buena posición" era el coche que la empresa asignaba a un selecto grupo de mandos, la imagen suprema de poder, pompa y boato, en palabras del alcalde Tierno en uno de sus Bandos. Yo no sé si aquella fiebre de algunos directivos la heredó la clase política que semeja padecer ahora una epidemia por apropiarse de múltiples "símbolos políticos" de poder entre los que el coche sigue ocupando lugar importante. Traigo esto a colación por la propuesta de la Federación Española de Municipios y Provincias que recientemente aconsejaba a los alcaldes, concejales y otros cargos locales y provinciales que al menos un día a la semana dejen aparcados sus coches oficiales y utilicen el transporte público como hacen muchos mortales.

La FEMP apela a la sensibilidad de los cargos públicos para que "arrimen el hombro" con esta medida como contribución al ahorro para paliar los efectos de la crisis. No es una mala propuesta, aunque por sí sola es el "chocolate del loro", poco significativo si no va acompañada de otras medidas para ahorrar toneladas de chocolate de tantos loros de todas las administraciones que viajan en coche oficial.

Pero hablando de coches, el lío monumental se armó por aquí con el parque móvil que componen el Audi del anterior presidente y la flota de automóviles de gran cilindrada aparcados en los bajos de San Caetano. La Xunta justifica su venta porque tales "símbolos de poder" no encajan con la línea de austeridad y con la política del ahorro del Gobierno autónomo.

Es una decisión muy discutible. Porque, al margen de que va en detrimento de la seguridad del presidente, ni esos coches de alta gama eran el paradigma del despilfarro del gobierno anterior, ni su venta ahora es el modelo de reducción de gastos en el que quiere inspirarse la política de austeridad. El actual ejecutivo parece disfrutar más mirando al retrovisor que asegurando una buena conducción de la nave del país, que debe circular hacia delante.

Thursday, July 02, 2009

Café para todos

En enero, el presidente de Cantabria describía la ronda de conversaciones del presidente del Gobierno con los de las Comunidades Autónomas de forma muy expresiva: "Es como si el padre de familia recibe a sus 17 hijos que no se llevan bien y vienen a pedir su parte de la herencia". En aquella toma de contacto todos salieron de la Moncloa entusiasmados porque se les prometió que el nuevo modelo de financiación "garantizará igualdad de recursos para los servicios públicos básicos y tendrá en cuenta como criterio de reparto las peculiaridades y Estatutos de cada comunidad". Es decir, "café para todos" y abundante, sin romper la solidaridad y "sin que haya menos Estado".

Son los milagros económicos que sigue vendiendo el presidente. Con mucha fe hasta se puede creer que el Estado va a mantener su capacidad de maniobra en la función redistribuidora y reequilibradora. Pero resulta más difícil saber de dónde van a salir los recursos para que "todos ganen" en plena recesión económica. Yo no sé si la vicepresidenta Salgado habrá enseñado a su jefe los extractos de las cuentas públicas que ya están escuálidas sin que la crisis haya tocado fondo.

Es normal que "todos los hijos" pidan más herencia, más recursos para prestar más servicios a sus ciudadanos. Pero sorprende que los presidentes no hagan un poco de autocrítica de sus gobiernos que, con frecuencia, son máquinas de gasto ineficientes. A no ser que con los nuevos dineros piensen seguir financiando las listas de espera, el fracaso escolar o la "economía productiva" de las embajadas en el exterior y la abultada nómina de asesores. O despilfarros clamorosos en proyectos sin sentido. En fin, que entramos en el último tercio, el de las cifras, que, como en los toros, es el definitivo. Ayer estuvo por aquí el vicepresidente tercero en su papel de telonero, pero hoy es el día en el que el presidente Feijóo se viste de luces para verse con la vicepresidenta de Economía. Cuenta con el respaldo del Parlamento para negociar con firmeza que Galicia mantenga su peso en el reparto global y salga fortalecida recibiendo lo justo. Ojalá haga una buena faena.