Etes Cuando Don Quijote propone a Sancho que deje la segunda tanda de azotes hasta que lleguen a la aldea, el fiel escudero, que tiene prisa por rematar la "penitencia" para desencantar a Dulcinea y cobrar su paga, replica que "quisiera concluir con brevedad aquel negocio a sangre caliente porque? en la tardanza suele estar muchas veces el peligro". Traigo a colación este episodio del fiel escudero por el largo proceso de la financiación autonómica que para Galicia no fue posible concretar "a sangre caliente" cuando Feijóo recibió mensajes contradictorios en sus entrevistas con Chaves y Salgado y, como ocurre con frecuencia en este país, "en la tardanza suele estar el peligro". Galicia resulta algo beneficiada o poco perjudicada, según se mire, en este quinto modelo de financiación, pero en el trayecto fue ninguneada hasta el final, hasta que recibió el documento del Gobierno que deja plenamente satisfechas a Andalucía y Cataluña, que además presume de haber condicionado decisiones y cifras, y resuelve su soledad parlamentaria. Las Comunidades del PSOE están neutralizadas y parecen contentas y las gobernadas por el PP, desencantadas con el proceso, se quejan del fondo y las formas.
Discrepo del discurso oficial porque el modelo acentuará las diferencias entre comunidades ricas y pobres y queda muy tocada la obligación constitucional de garantizar la igualdad de los ciudadanos y la cohesión de los territorios. Parece que a partir de ahora la tendencia la marcará lo que decía don Pedro da Ponte en su latín macarrónico "unusquisque arreglet se", es decir, que cada uno se busque la vida, porque en este Estado descentralizado las Comunidades ricas ya no están por la labor de seguir financiando territorios con rentas bajas, poblaciones dispersas o envejecidas y otras carencias. Por eso, si aguanta el tinglado y hay sexto modelo de financiación Galicia deberá presentar como aval su nuevo Estatuto y una aportación relevante al PIB en lugar de pedir migajas por la dispersión y el envejecimiento. Tiene potencial para ello siempre que, como concluía Sancho su razonamiento, se aplique aquello de "a Dios rogando y con el mazo dando", que significa ponerse a trabajar para converger con las regiones más ricas.
Discrepo del discurso oficial porque el modelo acentuará las diferencias entre comunidades ricas y pobres y queda muy tocada la obligación constitucional de garantizar la igualdad de los ciudadanos y la cohesión de los territorios. Parece que a partir de ahora la tendencia la marcará lo que decía don Pedro da Ponte en su latín macarrónico "unusquisque arreglet se", es decir, que cada uno se busque la vida, porque en este Estado descentralizado las Comunidades ricas ya no están por la labor de seguir financiando territorios con rentas bajas, poblaciones dispersas o envejecidas y otras carencias. Por eso, si aguanta el tinglado y hay sexto modelo de financiación Galicia deberá presentar como aval su nuevo Estatuto y una aportación relevante al PIB en lugar de pedir migajas por la dispersión y el envejecimiento. Tiene potencial para ello siempre que, como concluía Sancho su razonamiento, se aplique aquello de "a Dios rogando y con el mazo dando", que significa ponerse a trabajar para converger con las regiones más ricas.
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