Wednesday, March 26, 2008

No tocan promesas

Dijo el profesor Jaime Barreiro que el diez de marzo "comenzó en Galicia la precampaña publicitaria de las próximas elecciones autonómicas". Si es así, habrá que preparar la mente para poder soportar las nuevas ocurrencias de los políticos a lo largo de tantos meses.

Aún está fresco el barullo de las promesas de la reciente campaña, desde el tercer carril de la AP-9, la ampliación del puente de Rande o la recurrente del tren de alta velocidad a fecha fija del 2012, hasta la finalización de la Trascantábrica, la conexión con Portugal o la inversión en conocimiento, por citar las más significativas para el país. Si se cumplieran, cambiará la faz de esta tierra. Y seguramente se irá avanzando en esa dirección aunque no será con la rapidez requerida para acortar plazos y salvar el retraso secular, porque Galicia está en esa zona templada con población y voto poco determinantes y, en consecuencia, sus representantes tienen un peso político bastante limitado.

Por eso en lo que nos queda de travesía de legislatura la clave ya no está en los diputados electos que, aunque vendrán por aquí los fines de semana, ahora están en la fase de olvido de tantas ocurrencias mitineras soltadas en el fragor de la campaña y se ocuparán poco de los asuntos de su teórico distrito.

La clave para sobrevivir a la crisis -y para progresar- está ahora en la gestión del Gobierno gallego. Que contará con la aprobación general si en lugar de apuntarse a la moda fácil de más promesas exige el cumplimiento rápido de aquellas ya expresadas y gestiona con diligencia los asuntos que preocupan y determinan nuestra vida de ciudadanos que, según el último barómetro del CIS, son la situación económica y el paro.

Por eso, ahora no tocan promesas. La hoja de ruta que marcan los ciudadanos señala que el Gobierno debe ocuparse de la economía, atenuar los efectos de la desaceleración y crear condiciones adecuadas para la generación de empleo estable en el sector privado y en la prometida y ahora más necesaria inversión pública. Si la economía funciona llegan también las soluciones a casi todos los demás problemas.

Wednesday, March 19, 2008

El sueldo del cuidador

En el fragor de la reciente campaña electoral unos presentaban la Ley de Dependencia como una gran conquista social mientras otros la calificaban de una "declaración de buenas intenciones" por las escasas dotaciones económicas. Los expertos en asuntos sociales dicen que es farragosa porque los trámites que exige para conseguir una ayuda son muchos, muy complicados y se alargan tanto en el tiempo que desesperan al administrado.

Puede que las tres partes tengan razón. Pero hasta ahora da la impresión que esta ley "es sólo propaganda", como sostiene Patricia, la joven de Ames que tuvo que dejarlo todo y cuida a su madre en precario, sin ayuda económica alguna. En enero, la Vicepresidencia de la Xunta convocó al grupo de los 200 cuidadores de los primeros dependientes evaluados a una reunión informativo-mitinera en la que les garantizó que a final de aquel mes recibirían a libranza do coidador, una ayuda económica mensual, además de otras prestaciones, "para valorizar e dignificar" su trabajo. Pocos días después les pidieron los datos bancarios para hacer efectiva esa ayuda que, en palabras del vicepresidente, "tamén servirá para contribuir á mellora da atención das personas dependentes". Pero cerca ya del final de marzo el dinero no llegó sin que ese departamento de la Xunta explique las causas del retraso.

Contaba un periódico que cuando en campaña electoral el vicepresidente se daba un baño de multitud en el mercado coruñés de As Conchitas se le acercó un hombre y le dijo: "Usted promete mucho, pero no paga lo que promete". Es posible que ese ciudadano estuviera pensando en esa libranza do coidador, que presentó con toda la pompa y hasta ahora resultó ser pura propaganda y un inmenso fiasco.

Nada justifica, y menos un puñado de votos, crear unas expectativas económicas a personas tan zurradas por el destino y la vida como los cuidadores y dependientes que nada pidieron, pero ahora se sienten utilizados, defraudados y hasta engañados. Lo que pomposamente llaman Sistema Galego de Bienestar necesita -y exige- más gestión que ideología, menos mítines y más obras.

Tuesday, March 18, 2008

Etapa nueva

En una viñeta de humor posterior a las elecciones municipales de mayo, un ciudadano reflexionaba sobre los comentarios y análisis tras la jornada electoral y concluía: "¡En vez de analizar los resultados, que analicen a los candidatos!".

Ahí está parte de la clave. Habría que añadir: ¡que analicen también como ha desempeñado cada uno su trabajo (de gobierno y oposición) en la legislatura anterior! Porque el resultado de los comicios es consecuencia de deméritos propios en la acción de gobierno y del escaso acierto en la labor de oposición a lo largo de todo el periodo.

En este sentido, es opinión muy generalizada que no hubo un Gobierno que hiciera tantos méritos para perder las elecciones como el que hemos tenidos en los últimos cuatro años. Su trayectoria sinuosa, sus aventuras, veleidades y hasta frivolidades en la conducción de muchos asuntos de Estado hacían acreedor al partido que lo sustentaba de una severa derrota electoral. Sin embargo, obtuvo una victoria clara.

Porque también es tesis compartida por muchos, salvo por los hooligans, que nunca una oposición hizo tan pocos méritos para ganar las elecciones. No alcanzo a saber si Rajoy no quiso, no supo o no pudo renovar y centrar el partido y alejarse de la crispación y de la visión apocalíptica de un país cuya percepción de la realidad está alejada de tanto tremendismo. Se presentó con "más de lo mismo", con líderes amortizados, con más cargas del pasado que ideas ilusionantes de futuro y el resultado es una derrota maquillada, pero derrota.

En conclusión, ganaron los menos malos, perdieron los peores y se abre una etapa nueva. Si entienden el mensaje gobernarán y harán oposición de otra manera reconstruyendo puentes y consensos para lograr acuerdos que demandan las cuestiones importantes del Estado.

En clave gallega, ni victorias claras, ni derrotas dulces. El electorado se inclinó por pequeños reajustes poco significativos porque ni los partidos del bipartito ni el de la oposición hicieron méritos para grandes premios o castigos severos. La evaluación de los tres sigue hasta la prueba definitiva del año próximo.

Wednesday, March 05, 2008

La gran promesa

Cerca ya del cierre de la campaña estoy seguro de que la mayoría de los electores no son capaces de asociar cada promesa con el político que la formuló y ya no saben quién va a bajar más los impuestos, subir más los salarios y pensiones, abrir más guarderías o quién prometió crear más empleo.
Pero en Galicia hay una promesa recurrente que sobresale a todas las demás: el tren de alta velocidad. Con él todos se han comprometido, desde el presidente que promete "poner fin al aislamiento histórico", hasta el líder-candidato de la oposición, que promete "atender a Galicia como es debido, dotándola de las infraestructuras que necesita". Y como ellos, todos los candidatos que desfilaron por las tribunas mitineras gallegas.

Son tantos los efectos beneficiosos de la alta velocidad que en el I Congreso de la Red de Ciudades del AVE celebrado en 2005 se dijo que esta infraestructura tiene enormes implicaciones en el desarrollo e integración de las regiones. El AVE, señalan los expertos, conecta los núcleos más activos del país, posibilita el acceso a bienes y mercados, aumenta la eficiencia de los territorios y contribuye al incremento de la productividad de las empresas.

Al AVE cabe aplicarle los versos que Curros escribió cuando llegó a Ourense la primera locomotora: "Por onde ela pasa fecunda os terreos, espértanse os homes, florecen os eidos? Tras dela vén a fartura ¡i a luz i o progreso!". Por eso es una prioridad, aunque Galicia tenga otras necesidades. Cuando llegue cambiará su faz, acabará con el aislamiento y traerá consigo un nuevo concepto espacio-temporal que dinamiza e impulsa relaciones y economías.

No se trata de tener un juguete más, sino de disponer de este símbolo de la modernidad y progreso que es vital para que el país esté conectado a las zonas más pujantes del Estado y Europa, y alcance mayor desarrollo. Por tanto, que los políticos que resulten elegidos y los que ya están dejen de gestionar expectativas y busquen el consenso, porque todos van a ser responsables, por silencios cómplices o prioridades mal entendidas, si esta gran promesa no es una realidad a tiempo.

Tuesday, March 04, 2008

De campañas y debates

“La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura...”. Es una muestra de la “claridad” de la prosa de aquellos requiebros de Feliciano da Silva, el autor de libros de caballerías que dice don Miguel de Cervantes tanto gustaban a Don Quijote de la Mancha.

Aunque también podía ser un ejemplo del lenguaje político que abusa de la palabra durante horas y transmite pocas ideas constructivas. Para ser un calificado experto en el manejo de este lenguaje, dice el profesor López Caballero, se requiere verbo fácil, agudeza en la réplica, mínimo sentido del ridículo, no creerse demasiado lo que se dice y facilidad de contagio emocional.

La demostración palmaria está en la campaña electoral. Salvo raras excepciones asistimos a una sucesión de monólogos desde casi todas las tribunas mitineras en las que los candidatos crean su propia realidad: formulan promesas que no se sostienen y dicen las mismas tonterías que en campañas anteriores, que probablemente repetirán en las siguientes.

En los mítines y espacios publicitarios se amplifican los propios méritos y se ignoran los del rival al que se le endosa toda la responsabilidad de los problemas del país. El objetivo es enardecer a una audiencia convencida de antemano, captar algún voto suelto y evitar que los indecisos apuesten por el rival. Es verdad que las campañas conceden a quienes disputan el poder ciertas licencias, incluida esta de hablar sin desarrollar otra idea programática que darle estopa al adversario.

Frente a este sistema anacrónico de información política había mucha esperanza en los debates como marco de confrontación ideológica que confiere más altura intelectual a la política. El primero celebrado entre los candidatos de los partidos mayoritarios se desarrolló en un clima tenso y duro, pero civilizado. El duelo no difirió mucho de un debate del Estado de la Nación, aclaró poco pero no defraudó ni dejó indiferentes y nos enriqueció a todos. Queda el partido de vuelta que con la experiencia acumulada resultará más interesante y decisivo.

Monday, March 03, 2008

Vote con olfato

En una viñeta de humor de El Roto dice uno de los leones de la Cámara Baja: “He dejado lo del Congreso y me he pasado al circo, que es más decoroso”. Pues da la impresión que los líderes políticos también se han pasado al mayor espectáculo del mundo. Llevan semanas en trance electoral en un colosal mercadeo de ofertas y parecen más cómodos en la tribuna mitinera del discurso enlatado para complacer a la grada que en la mesa camilla de la explicación programática.

Ahora se van a ver frente a frente, moderador mediante. El hecho de que debatan es una buena noticia para la salud democrática, porque el electorado está muy interesado en conocer y comparar sus posiciones sobre los grandes temas de gobernación del Estado y sobre las cuestiones que preocupan y dificultan la vida de cada día.

Pero no nos hagamos muchas ilusiones. Por lo visto hasta ahora, seguramente ambos tendrán más interés en mirar al retrovisor para el reproche mutuo y la descalificación despiadada -como en los debates del Estado de la Nación o en las semanales sesiones de control- que en concretar sus alternativas para el buen gobierno del país y el bienestar ciudadano. Ya verán como muchas cuestiones ni se tocan, como si cayera sobre ellas un espeso y pactado manto de silencio, y otras se despacharán con frivolidad.

Queda tiempo hasta el nueve de marzo para seguir analizando ofertas porque habrá más debates, aunque el duelo verbal diario entre ambos para deshacer el empate técnico que campea en el marcador aclarará pocas cosas a los indecisos, que casi suman un tercio del electorado. Este grupo de “no alineados” acabarán votando y darán la victoria al que cometa menos errores, aproveche mejor las oportunidades y proyecte algo de luz para solucionar los problemas y preocupaciones de la vida diaria.

Y entre un Presidente desgastado y poco de fiar y un Jefe de la Oposición falto de liderazgo y con escasa credibilidad, ¿qué conviene a Galicia? Dice don Benito Estivada que también hay otras opciones y para decidir es muy sabio el consejo de otro personaje de El Roto: “Vote con olfato, no falla nunca”. Pues eso.

Saturday, March 01, 2008

Dependientes y cuidadores

En Galicia el envejecimiento de población es un hecho constatado (la tasa de mayores supera en tres puntos la media española) y uno de los principales retos que tiene que afrontar la comunidad. Datos del IGE indican que en el 80% de los hogares no viven menores de 16 años y en la mitad habita un mayor de 65 años.

Hasta ahora, el país estaba en la cola de las prestaciones y servicios para los mayores, pero algo se mueve en el Sistema Galego de Benestar que se ha marcado el objetivo de cubrir este flanco tan deficitario de forma planificada y coherente. La semana pasada anunciaba la creación de once nuevos centros de día específicos para enfermos de alzhéimer. Son unos 50.000 en Galicia y representan el paradigma de la dependencia que la ley define como el estado en que se encuentran las personas que precisan de ayudas para realizar actividades básicas de la vida diaria.

Parece que la atención a los dependientes y a sus cuidadores va a ser la actuación estrella del sistema. Vicepresidencia maneja la cifra de 95.000 personas dependientes en Galicia, de los que cerca de la mitad solicitaron les sea reconocida su situación, que incluye a la vez el reconocimiento del trabajo de los cuidadores, que percibirán, entre otras prestaciones, la "libranza do coidador" por atender a personas dependientes.

Este sueldo, además de una ayuda económica, significa el reconocimiento al trabajo abnegado de esas personas que entregan su profesionalidad cariñosa para atender a quienes necesitan ayuda para todo: para el cuidado personal, la movilidad esencial y las actividades domésticas básicas. Solo falta que las valoraciones se agilicen y que esa "libranza" no se quede en promesa electoralista y se materialice ya en las cuentas de los cuidadores de los dependientes evaluados.

Y que se vaya haciendo realidad la red de centros prometida para que el Sistema Galego do Benestar, que es un buen ejemplo de sensibilidad del Gobierno hacia los problemas de la población, sea creíble. Es también inversión en futuro porque garantiza a los que lleguen a mayores servicios que muchos necesitarán.