Monday, June 29, 2009

El despilfarro humano

A mi hija le he recomendado seguir formándose ahora que ha terminado su licenciatura y la situación del mercado de trabajo es deplorable. Con veintitrés años, matrícula de honor en el bachillerato, una licenciatura finalizada en Bruselas y casi el primer ciclo de otra, cuatro lenguas y conocimientos contrastables en otras tres, admiradora de los nueve países que conoce, le he dicho que lo mejor que puede hacer es seguir apostando por la formación. Lo cual significa que mi opción es seguir invirtiendo en formación. Ella, que tiene más sentido común que muchos que lo reclaman en otros, decidió cambiar este año el frío de Bélgica por el calor de Madrid y realizar un máster en un centro de reconocido prestigio que pertenecerá a la cuarta universidad que pisa, con la intención, en principio, de hacer un doctorado el curso siguiente en otro continente.

La trayectoria de mi hija no es excepcional. Sé de muchas similares: jóvenes no sólo sobradamente preparados, como se decía de la generación jasp, sino incluso abrumadoramente preparados, con un enorme potencial cuyo futuro, sin embargo, no puede dejar en la cuneta la opción al funcionariado. Porque, lastimosamente, sigue siendo la alternativa más viable para diseñar un futuro personal.

Las empresas, por su parte, se aferran torpemente a la edad como variable para las decisiones en materia de personal. Se habla de prejubilaciones a edades sin sentido, y de contratos temporales cuando se ronda la treintena, una edad normal para quien realiza estudios universitarios completos. Y curiosamente, cuando se quiere cambiar de empleo (algo que debiera ser más normal de lo que es), la cuarentena se presenta como una barrera infranqueable y, a todas luces, absurda.

¿A dónde vamos? Digan lo que digan los rebaños (muchos siguen a unos pocos) de economistas, es absurdo pensar en modelos productivos donde no se prima el conocimiento. El capital físico se compra o se copia, los modelos gerenciales se importan y se fusilan sin piedad, el dinero se encuentra en los mercados financieros…, pero el talento es lo único que no se puede reproducir en serie. No nos podemos permitir el perder a otra generación en el camino, como hemos estado haciendo estos años.

Thursday, June 25, 2009

Vacaciones escolares

Finalizado el curso escolar y cerrados los centros, la educación está de vacaciones y, como todos los años, se volverá a hablar de los muchos días de descanso de que disfrutan los escolares, tema de conversación muy socorrido a lo largo del verano.

En septiembre del año pasado, tras el descanso veraniego, la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos -Ceapa- y la Confederación Nacional Católica de Padres de Alumnos -Concapa- pedían la revisión y redistribución del calendario escolar, sobre todo del periodo de vacaciones de verano porque "es demasiado largo y perjudica el equilibrio educativo de los alumnos".

Los presidentes de estas asociaciones querían que se abriera un debate sosegado para hablar de los tiempos escolares, en concreto del largo descanso estival, "tres meses que hacen que muchos chavales pierdan el ritmo totalmente e incluso se aburran", lo que se puede constatar en agosto al encontrar a niños y adolescentes cansados de vacaciones y deseosos de volver a clase para ver a los compas en el entorno normal de un día de clase programado.

El problema no es exclusivo de nuestro país. En marzo, cuando Obama presentaba su reforma educativa rechazaba "un calendario académico diseñado para cuando América era una nación de granjeros que necesitaban que sus niños estuvieran en casa para arar la tierra al final de cada día" y pedía más tiempo de clase "en el verano o a través de jornadas escolares ampliadas para aquellos niños que las necesiten".

Sin duda, este es un problema complejo que no tiene fácil solución porque colisiona con los legítimos derechos de los docentes y choca con unos hábitos vacacionales que se pierden en la noche de los tiempos, lo que da idea de que el calendario escolar es insensible a los cambios que ha vivido la sociedad.

Por eso requiere un debate sereno, no solo para hablar del aumento de jornadas lectivas, sino para buscar soluciones imaginativas que contribuyan a enriquecer el descanso veraniego y ampliar los conocimientos de los escolares que necesitan mucha formación para vivir en una sociedad exigente. Si esas soluciones ayudan también a los padres a conciliar su vida laboral con las vacaciones de sus hijos, acierto pleno.

Wednesday, June 17, 2009

La consulta a los padres

Muchos padres que están siendo consultados sobre “la utilización de las lenguas en la enseñanza no universitaria” pertenecen a las generaciones de rapaces galego-falantes por haber nacido en la Galicia monolingüe del rural, la Galicia más representativa del atraso económico, que describió el profesor Beiras.

En aquellas aldeas aisladas, que eran “unha mestura de lama e fume”, el monolingüismo convivía armonicamente consigo mismo y nadie cuestionaba cual era el idioma oficial. Pero cuando los niños -y los mayores- traspasaban los límites del lugar y subían al “coche de línea” o al tren debían incorporarse a la lengua de la gente bien, al “idioma culto”, y se convertían en aldeanos mudos por las dificultades que tenían para expresarse en una lengua extraña para ellos.

Así crecieron varias generaciones de padres: entre la imposición del castellano y la intransigencia con el gallego, hasta la llegada de la Constitución y el Estatuto que consagran la cooficialidad de las dos lenguas con las que hoy se comunican de forma natural con sus hijos, educados en el bilingüismo.

Su experiencia vital, a veces traumática, les da derecho a ser escuchados para que con sus hijos no se repita la historia sensu contrario, salvo que algún recién converso a la causa del gallego, que abundan, sostenga que estos padres siguen siendo unos pobres aldeanos por los que deben decidir los ilustrados de asociaciones, sindicatos y otros colectivos atrincherados bajo distintas siglas. Más discutible es el procedimiento y los contenidos de la consulta que, como toda acción precipitada, puede resultar una gran chapuza.

En todo caso, el debate lingüístico representa un enorme desgaste de energías que sería más provechoso emplear en lograr un gran pacto político-social sobre la educación para que los estudiantes acabaran el ciclo formativo sabiendo gallego, castellano y al menos inglés. ¿En qué proporción deben enseñarse? En aquella que respete los derechos constitucionales y capacite a los jóvenes para su futuro profesional en el mundo globalizado que empieza en Europa.

Seguro que por ahí irán las respuestas de los padres que tienen las ideas más claras que quienes, de uno y otro signo, intentan manipularlos.

Sunday, June 14, 2009

La Europa escéptica

Tenemos una cierta conciencia de que en Europa se cocinan cosas importantes, pero no sabemos muy bien cómo son sus pucheros ni si en sus instituciones se usa gas o vitrocerámica. Sus inquilinos nos son extraños y, una vez elegidos, permanecen ajenos a la ciudadanía que los ha votado. Hoy se piensa en Europa como en un cementerio de elefantes que vive a impulsos de algunas de sus destacadas figuras, pero lejos de una ciudadanía sin la que no se puede avanzar mucho más.

Los manuales de la UE se remontan a Kalergi o Briand, pero son de una asignatura que permanece en las estanterías de las bibliotecas, lejos de las aulas. A los alumnos que han escrito sobre Lorca en los exámenes de selectividad no se le ha explicado que hace siglos existieron defensores de una comunidad de naciones como Kant, quien planteaba a finales del siglo XVIII que una constitución civil podría vertebrar una “unión de pueblos” si fuera capaz de desterrar su ilusión de bienestar exterior. Es decir, si era capaz de no ensimismarse en el ‘no necesitamos a los demás porque ya estamos bien’, idea muy semejante a las que manejan algunos de los representantes de los extremismos europeos que han conseguido un peso tan destacado en el Parlamento europeo.

Mientras, si las elecciones gallegas trastocaron todas las previsiones oficiales con la pérdida súbita del poder por parte del bipartito, las europeas han refrendado ese castigo a la izquierda con la pérdida de dos puntos en el porcentaje de votos del PSOE y de tres puntos en el del BNG (un tercio del total), mientras ganaba otros tres puntos el Partido Popular, que superó el 50% del total de votos contabilizados. La estrategia comunicativa ‘¡Que viene el lobo!’ ha resultado tan equivocada como temíamos.

Pero quien realmente ha perdido ha sido Europa, un mercado construido sobre los caminos neolíticos de sus primeros habitantes homínidos, los senderos empedrados del Imperio romano, las vías de hierro de las revoluciones industriales, las carreteras asfaltadas de sus autovías y las autopistas digitales de sus economías desarrolladas, que permanece todavía muy alejada de la preocupación de los ciudadanos. Europeos que son capaces de visitar sus rincones a la velocidad de los low cost, para los que Europa nunca ha estado tan cerca y al mismo tiempo tan lejos.

Wednesday, June 10, 2009

Secuelas electorales

Tanto mitin, tantas declaraciones, tantos debates planteados en clave doméstica no consiguieron movilizar al electorado más allá de una mediocre participación, que solo es imputable a los partidos, a la campaña, calificada como la peor de la democracia, y a los políticos, a todos los políticos, que deberían estar algo más preocupados. Pero mientras unos celebran una victoria escasa y otros dan por buena una derrota mínima, se perciben al menos dos secuelas de estas elecciones en los dos partidos mayoritarios. La primera son las heridas que cada uno ha causado en el otro a lo largo de dos semanas en las que sus dirigentes, en una carrera alucinante de juego sucio, se han empleado a fondo para decirse de todo con ataques feroces, algunos realmente zafios y otros rozando la irresponsabilidad. Tras esta campaña no hay que descartar un endurecimiento en la política nacional, que también llegará a Galicia, porque no va a resultar fácil suturar las heridas entre socialistas y populares, empeñados en aniquilarse mutuamente cuando más necesario es su entendimiento para el gobierno de la nación y de esta comunidad.

El segundo eje de campaña que manejaron y también deja secuelas fue la corrupción, con la munición de los Falcon, los trajes, las subvenciones "hija mediante" o la seguridad de ex altos cargos, acusaciones magnificadas o minimizadas por los medios de comunicación en función de sus posiciones ideológicas. Una pena. Más grave es que en la sociedad se haya instalado la aceptación resignada de la corrupción y de los abusos que se cometen en el poder -repásense los resultados de Madrid y Valencia- hasta el punto que el ciudadano los contempla como un tributo normal que, año tras año, se cobran políticos de casi todos los partidos.

En fin, que estas "elecciones europeas sin Europa" dejan más al descubierto mucha crispación y algún comportamiento público desvergonzado. Una lacra que deben corregir con un plan de regeneración que erradique conductas que atentan contra la honestidad de la mayoría. Al tiempo, que restauren puentes de dialogo porque la colaboración entre ellos, más allá de las diferencias y refriegas electorales, es necesaria para que el país resuelva muchos problemas.

Wednesday, June 03, 2009

¡Europa, aléjalos!

En una viñeta de humor posterior al primer debate que mantuvieron Mayor Oreja y López Aguilar, un espectador del duelo dialéctico televisivo muestra las fotografías de ambos candidatos mientras suplica: "Por favor, Europa, aléjalos de nosotros". No es descabellado pensar que ese sea el deseo de muchos espectadores que vieron a dos políticos amortizados en un debate crispado, de escasa altura intelectual y con discursos carentes de interés.

Pero ellos escenificaron el nivel y las directrices de sus partidos para esta campaña, que responde al guión esperado: sobra agresividad y falta sensibilidad hacia las cuestiones europeas. Europa solo es la disculpa para que los políticos se zurren, enzarzados en discusiones domésticas que contaminan unas elecciones manipuladas para hacer de ellas unas primarias, desnaturalizando el sentido de la convocatoria.

En clave gallega los candidatos o están diluidos en las macrolistas de los grandes partidos o, en el caso de los nacionalistas, aparecen en extraña coalición sin posibilidad de ser elegidos. En la práctica da igual aunque, con lo que nos jugamos en Europa, es triste que el Parlamento Europeo sea un mausoleo de políticos recompensados por sus partidos que jamás regresan a sus distritos electorales para conocer los problemas de sus electores.

Dicho esto, daría algo por asistir a un mitin de Magdalena Álvarez en Galicia que tuviera como teloneros al presidente del Gobierno, al ministro de Fomento y a sus colegas gallegos, todos ellos mentirosos compulsivos sobre los plazos del AVE. Es verdad que aquí mintieron casi todos los políticos, pero produce sonrojo que estos últimos impostores pidan el voto al pueblo gallego al que han estado engañando descaradamente en los últimos años. Es para suplicar, como en la viñeta, que se alejen de nosotros.

Igual de grave es que la sociedad civil no reaccione ante mentiras tan reiteradas, lo que indica que Galicia aún sigue siendo "tierra pobre habitada por almas rendidas, suspicaces y sin confianza en sí mismas", como nos describía don José Ortega. En fin, solo la fe democrática puede llevarnos el domingo a las urnas, aunque para votar tengamos que tapar la nariz y mirar para otro lado.