Wednesday, September 30, 2009

El tren necesario

En los últimos años, desde que se habla de “resucitar” el tren como medio de transporte rápido, casi todos tenemos una fijación con el AVE a Madrid y con el AVE doméstico del corredor A Coruña-Vigo.

Deslumbrados por estas dos nuevas “nosas señoras de ferro”, nos hemos olvidado del tren de cercanías, aquel tren que avanzaba perezosamente recogiendo en las estaciones y apeaderos aislados a muchos ciudadanos que tenían que ir a la cabecera de su comarca natural para hacer unas compras o debían desplazarse a las ciudades para arreglar unos papeles o visitar a un familiar.

Pero es posible que aquel olvido tenga remedio. El ministerio de Fomento, cuyo titular conoce las necesidades de este país, quiere recuperar los 30 kilómetros del trazado del antiguo ferrocarril que une A Coruña con Meirama para llevar el carbón a la Central Térmica. Esa recuperación podría extenderse a la totalidad de los kilómetros que separan A Coruña de Vigo rescatando los tramos liberados de la vieja vía y habilitando una tercera en los 25 kilómetros que fueron aprovechados por el nuevo trazado del AVE. En ambos casos, la complejidad técnica es menor y el coste razonable.

En este intento de aprovechar el viejo ferrocarril se están aunando esfuerzos. Hace unos días la Xunta pedía al ministerio que no sean levantadas las vías sin uso cuando entre en servicio del tren de alta velocidad. Y la semana pasada el Parlamento de O Hórreo reclamó de forma unánime la creación de un ente ferroviario gallego y partidas presupuestarias para implantar de manera prioritaria un servicio de proximidad entre Vigo-Pontevedra, Ferrol-A Coruña y Santiago-Vilagarcía.

Si se recupera este tren, Galicia rescata con él el transporte de mercancías y sobre todo el de viajeros cuando más falta hace, porque los viejos “coches de línea” de las empresas concesionarias del transporte por carretera están dejando de prestar servicios en muchas rutas alegando escasa rentabilidad. El país recupera también un instrumento de progreso que vertebra el territorio, sobre todo en el entorno de las ciudades.

El servicio será completo cuando se reorganice el transporte urbano conectando las estaciones con el centro y las calles y plazas estratégicas de las ciudades.

Sunday, September 27, 2009

El rescate

Me vino a la memoria el triste episodio del montañero aislado en el Latok. Intento imaginarme a quienes, contra viento y nieve, se encontraron ante la difícil papeleta de decidir abandonar a Oscar Pérez colgado de la pared de la montaña a su suerte, porque nadie podía asegurar a ciencia cierta que no estuviera con vida o, al contrario, diez días como diez siglos se hubieran convertido en diez cuchilladas mortales de necesidad. Otras experiencias descartadas tuvieron feliz final. Intento ponerme en situación de quienes componían la expedición de rescate, volviendo sobre sus pasos, pensando que Oscar se quedaría allí, que la montaña había sido más fuerte que el hombre a pesar de toda su tecnología y toda su prepotencia de conquistador de la luna. No sé si esas personas han podido dormir desde entonces; no lo creo. Pienso que es una herida que deberán soportar el resto de sus vidas cada vez que miren un escarpado, una ladera, el invernal frío de diciembre, e imaginen a Oscar dolorido por las fracturas sin tratamiento, hambriento y muerto de sed donde el agua pervive congelada, a la espera en un saliente de una pared traidora, quizá con la última esperanza de un rescate al límite.

Wednesday, September 23, 2009

Las orejas del Sá Carneiro

La Fundación Provigo propuso el año pasado constituir una red aeroportuaria gallega buscando la complementariedad en rutas y destinos diferenciados para que "todos los gallegos sean clientes de cualquiera de los tres aeropuertos". La propuesta, llena de sentido común, "fue vista con agrado" pero nadie dio un paso adelante para buscar sinergias y acabar con una competencia localista absurda en un mercado global.

Ahora parece que las fuerzas políticas, empresariales y sociales ven las orejas al lobo del Sá Carneiro y, alarmadas, dan pasos para definir una estrategia conjunta que supere el minifundismo aeroportuario. La iniciativa partió del ministro de Fomento, promotor del Comité de Desarrollo de Rutas Aéreas para Galicia, que celebró su primera reunión la semana pasada.

Si ese comité hiciera caso a Sir Peter Hall, profesor de Planeamiento en la Barlett School of Architecture de Londres y una autoridad mundial en urbanismo, cerraría dos de los aeropuertos gallegos. Este caballero inglés sostiene que en una distancia de 150 kilómetros "no tiene mucho sentido que haya tres aeropuertos". Y si el comité aplicara el sentido común en la elaboración de la estrategia aeroportuaria conjunta volvería a hacer caso a Sir Peter Hall -y a la Fundación Provigo- y exigiría conectar los aeropuertos "a infraestructuras ferroviarias y de autopistas", que es una lamentable carencia de las tres terminales gallegas.

Pero presiento que este comité no irá más allá de lo políticamente correcto, es decir, elaborará informes defendiendo "la singularidad y los matices enriquecedores de cada aeropuerto" y expresará sus deseos de que alcancen una mayor eficiencia "sin menoscabo para el orgullo de las tres ciudades". Como dice Lampedusa, que todo cambie para que todo siga igual.

Por tanto, no soy optimista. La herramienta que el ministro José Blanco apadrina y entrega a Galicia para reorganizar e impulsar el tráfico aéreo acabará haciendo sesudos informes que justifiquen rancios localismos, más interesados en que los aeropuertos se peleen por repartir la miseria que en hacer una propuesta para atraer juntos a compañías de vuelos y captar rutas, pasajeros y mercancías. Una pena, porque perdemos otra gran oportunidad.

Wednesday, September 16, 2009

Fanatismo político

A Coruña, dejó escrito Castroviejo, es un encantador parque de atracciones, una ciudad fina como su aire y su luz acristalada. Pero A Coruña es, sobre todo, una ciudad tolerante y cordial, siempre abierta a las universales corrientes de pensamiento. En su seno caben todas las ideologías, pensamientos y conductas que sean respetuosos con puntos de vista y formas de ser diferentes.

Por eso, en esta ciudad libre y acogedora chirría el comportamiento fanático de algunos políticos municipales. El primero es el del grupo de la oposición y su líder que, aparte de la fijación que tienen con el ya superado asunto del topónimo, deciden no apoyar la retirada de símbolos que recuerdan la etapa negra de la dictadura y hasta encuentran argumentos para que se mantenga en una plaza de la ciudad la estatua de Millán-Astray, “un coruñés de toda la vida”. Este general golpista protagonizó uno de los episodios más tristes y zafios de la historia de España cuando interrumpió el discurso de Unamuno en la Universidad de Salamanca al grito de "¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!". Calificarlo de “coruñés de pro” es, por decirlo suavemente, hacer el ridículo y quizá situarse en posiciones que casi inhabilitan para desempeñar responsabilidades de gobierno en una corporación democrática.

El segundo hecho que tampoco encaja en el talante coruñés es el veto del gobierno de la ciudad a la conselleira de Sanidade para dar una charla sobre la gripe A en el centro cívico del barrio de Os Rosales. Las razones de la concejalía de Asuntos Sociales fueron tan peregrinas como que ese local “no es el adecuado para dar doctrina política”, cuando la charla se había programado para informar a los vecinos sobre la gripe.

Aquel 12 de octubre de 1936 en Salamanca don Miguel de Unamuno dejó dicho para la historia “Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis”. Parafraseando al ilustre escritor, en Os Rosales gana la fuerza de la mayoría aritmética de los votos y la actitud de la oposición la explica la fuerza del empecinamiento. En ambos casos falta la fuerza de la razón.

A Coruña -y Galicia- necesitan dirigentes políticos con más nivel y menos sectarismo. Tanto en los gobiernos, como en la oposición.

Wednesday, September 09, 2009

La gripe y la escuela

Mañana comienza el curso para los niños de Infantil y Primaria que acudirán a las aulas con la amenaza de la gripe A, una infección causada por un virus nuevo del que no se sabe mucho. Dicen los expertos que esta gripe tiene una alta capacidad de contagio y es muy peligrosa en personas con otras patologías o problemas de salud, pero no es más maligna que la gripe común y hasta ahora causó menor mortandad. Sin embargo, hay una gran alarma social que parece provocada para que el miedo se apodere de la población. En agosto, el gran eje de comunicación de los medios informativos giró en torno a esta gripe con múltiples "apariciones" de la ministra de Sanidad y grandes titulares que jamás se otorgan en muertes por otras dolencias más frecuentes y agresivas. Aún ahora los datos tranquilizadores sobre su incidencia en el invierno del hemisferio sur se pierden entre las medidas preventivas que aconsejan los expertos y toman las administraciones y algunas empresas. Quizá por eso el presidente del Consejo General de Colegios Médicos alerta sobre una alarma desmedida que convierte a esta gripe "en una verdadera epidemia que promueve respuestas exageradas alimentadas por el miedo" y denuncia que "detrás de las epidemias de miedo siempre hay algún interés económico o político", en este caso para vendernos vacunas, mascarillas o jabones especiales". Es cierto que la gripe existe, se contagia y puede ser causa de muerte en algunos pacientes. Pero todo indica que en torno a ella se fabrican mentiras o falsean las verdades para manipular a la opinión pública en beneficio del poder político y de determinados intereses económicos. Esas son las sospechas de los dos personajes de Romeu que dialogan en una viñeta: "Y si luego resulta que la H1N1 no es tan maligna como nos cuentan? - Habrá que buscar otra pandemia para enmascarar la economía". Todos los gobiernos se curan en salud comprando inmensas cantidades de una vacuna de dudosa eficacia al precio que imponen los laboratorios dueños de la patente, que verán multiplicada su cuenta de resultados. A ellos sí que les interesa que, además del virus, se extienda el miedo. La salud de la población importa menos.

Madrid

Entro en el Madrid universitario de un asfixiante agosto. De nuevo, como hace tres décadas, me enfrento al problema de la vivienda. Dicen que nadie compra, que no se vende pero que sí se alquila a la luz de las frías estadísticas (que reflejan sólo lo que las personas han hecho pero no lo que han querido hacer), y compruebo tanto que los precios del metro cuadrado siguen siendo inasumibles como que los alquileres son excesivos, principalmente si los comparo con la ciudad de la que heredo las cajas que ahora transporto: Bruselas. Mis circunstancias personales han cambiado, y ahora yo soy el padre que transporta los útiles más básicos y los libros necesarios y no el alumno que se enfrenta a una nueva residencia. El entorno se me hace familiar, como un viejo amigo al que de pronto redescubres a la vuelta de una esquina, cierto que con unas cuantas canas más, pero familiar y entrañable: Moncloa, Argüelles, plaza de España… Madrid es una ciudad multicultural, con un profundo respeto a la variedad, cosa que no he visto en igual medida en otras ciudades españoles. Mi vástaga convivirá con una oriunda de la Roma que Alberti describía como un muestrario de aguas menores. Es mediodía.

Wednesday, September 02, 2009

La subida de impuestos

Son muchos los que piensan que el Gobierno aplica a la crisis remedios equivocados. Y no les falta razón viendo como otros países con problemas similares empiezan a salir de la mala situación económica y aquí no remontamos. El mismo FMI sostiene que la estrategia española contra la crisis fue la más cara y la menos eficaz de Europa.

Ahora, con las cuentas públicas exhaustas y el déficit desbocado, llega la subida de impuestos -¿para cuando la reducción de gastos?- que el presidente dijo será "moderada, limitada y temporal" y no afectará al impuesto de sociedades ni a las rentas del trabajo, que poco podrían aportar porque seis de cada diez trabajadores -en Galicia el 70%- cobran en torno a los mil euros. Pero tampoco afectará a las grandes fortunas que seguirán tributando el uno por cien a través de sus sociedades de inversión, ni a los futbolistas extranjeros que pagan como mileuristas, ni se perseguirá el fraude fiscal que goza de excelente salud. Por tanto, en esta tanda -prepárense, que habrá más- pagarán más las rentas del capital y desaparecerán el famoso aguinaldo de los cuatrocientos euros.

Dice el presidente que la medida es razonable y que esto "no es improvisar, sino gobernar". Pero, al margen de las dudas que genera la oportunidad y eficacia de esta subida de impuestos, da la impresión que el Gobierno ya no puede con la crisis económica. Falto de ideas, actúa por impulsos que son más fruto de la improvisación que de un plan coherente para hacer frente a la gravedad del problema. Ayer fue el Plan E, ahora suben los impuestos y mañana sacarán otra ocurrencia de la chistera. Todo indica que, en esta coyuntura, los problemas del país les superan.
Parafraseando a Raymond Hull, los políticos, incluida la oposición que no presenta mejores alternativas, manejan chapuceramente los asuntos públicos y por todas partes se ve incompetencia pujante, incompetencia triunfante, que corrobora que el Principio de Peter afecta también a los gobernantes que llegan al nivel de incompetencia en el desempeño de sus cargos.

En fin, que con el Gobierno y la oposición desorientados, el barco del país avanza sin rumbo y, de acuerdo con la vieja sentencia, no hay viento favorable para aquel que no sabe a dónde va.