Wednesday, June 25, 2008

Resistiré

Tomo prestado el título de esta columna de una canción de Manuel de la Calva, que en la década de los ochenta invitaba a resistir "como el junco que se dobla pero sigue erguido cuando se cierren las salidas, cuando cueste mantenerse en pie".

Tres décadas antes de que el Dúo Dinámico pregonara por los escenarios de España su rebelión contra la resignación cuando vienen mal dadas, don Pedro da Ponte, un labrador modesto que vivía en una aldea de la Galicia profunda, cada año por el mes de abril iba a sus leiras y cuando veía las cosechas arruinadas por los fenómenos atmosféricos miraba al infinito y exclamaba: ¡Quen resistirá despois do mes de agosto coas huchas baldeiras!

Eran tiempos de crisis económica permanente por la conjunción del aislamiento de la posguerra y de una atmósfera caprichosa y desconcertante que unos años cursaba con intensas lluvias, otros con pertinaz sequía y casi siempre con noches de heladas que arrebataban las cosechas de unas familias condenadas a la economía de susbsistencia.

Han pasado muchos años y esta Galicia es menos profunda pero la crisis, ahora globalizada, acecha de nuevo en las finanzas, la construcción, los alimentos o la energía y los nietos de aquellos labradores de la posguerra también se preguntan cuánto tiempo aguantarán la desaceleración o el ajuste de la nueva realidad.

Desde agosto pasado siempre es abril para los ciudadanos. Las cosechas que ahora vienen mal dadas son los precios de la energía, de los alimentos y de las hipotecas; la inseguridad, la precariedad y la permanente amenaza del paro, que son el equivalente a las heladas de las noches tenebrosas de los abriles de posguerra que asolaban los sembrados de Pedro da Ponte.

Resistiré, aquella canción de Manolo y Ramón, fue la bandera para muchas personas en situaciones difíciles y puede que sea el único remedio para sobrevivir a tanta incertidumbre e inestabilidad. Porque los gobernantes, que reconocen tarde la gravedad de la situación, parecen poco capaces para conducir la nave del país entre tantas dificultades y problemas. Ya lo decía Camilo José Cela: el que resiste gana.

Wednesday, June 18, 2008

¡Cómo está el patio!

Cuando las representaciones teatrales se celebraban en los corrales o patios de vecindad, que eran unos recintos al aire libre que rebosaban vida y bullicio, el telón del escenario tenía una mirilla por la que empresarios y actores veían cuál era la actitud del público que esperaba la función y si se mostraba un tanto alborotado o nervioso exclamaban: ¡cómo está el patio!

La frase refleja y resume el clima que reina en el país desde hace días. Pero ahora somos los ciudadanos quienes observamos a los actores que en el primer acto de la representación fueron el Gobierno y los transportistas. Desde nuestra peculiar mirilla hemos contemplado el espectáculo de la bronca en las carreteras con gran violencia de manifestantes y piquetes y la paralización de mucha actividad en el país; hemos visto a agricultores que tiraban miles de litros de leche, a industrias y empresas cerradas y padecimos otros atropellos al derecho a la normalidad, lo que encendió las alarmas sociales y evidenció la pésima gestión inicial del Gobierno en el manejo del conflicto. ¡Cómo está el patio!

De ese "paro patronal" todos salimos tocados: el Gobierno, los transportistas, la economía muy deteriorada y los trabajadores y ciudadanos que se enfrentan a regulaciones, despidos y una subida brutal de precios. Y la situación puede empeorar -el transporte parece un ensayo general- porque sigue abierto el problema de la flota pesquera, amenazan los funcionarios y se anuncian reivindicaciones de otros colectivos. El mismo conflicto de los transportistas está mal cerrado y reaparecerá si sigue la escalada de precio del crudo que algún experto predice llegará a los 250 dólares, insoportable para la mayoría de las economías empresariales y domésticas.

Con el patio así de revuelto se echa de menos un poco de "orden y concierto", más allá del optimismo oficial en el que está instalado el Gobierno, empeñado en disfrazar la realidad con eufemismos. Esa actitud no genera confianza en los ciudadanos y, en una lamentable huida hacia delante, puede llevarle a seguir gestionando mal una crisis que no quiere reconocer.

Wednesday, June 11, 2008

Explotación infantil

Dentro de la larga lista de conmemoraciones parece que mañana toca el Día Contra el Trabajo Infantil, para recordar el trabajo -y otros abusos- a que están sometidos millones de niños que en unos casos son explotados por patronos sin escrúpulos para obtener pingües beneficios y en otros se ven obligados a trabajar en duros oficios para asegurar su subsistencia y la de sus familiares.

Tal día como hoy del año pasado, la Organización Internacional del Trabajo señalaba que plantaciones agrícolas de todo el mundo, el servicio doméstico, talleres mecánicos y textiles, minas o fábricas de ladrillos, la venta ambulante, la prostitución y las guerras se nutren de la mano de obra de millones de niños y niñas. Solo en la región de Asia-Pacífico unos 122 millones de entre los 5 y 14 años trabajan en la agricultura, la ganadería, la industria o la pesca.

Pero no miremos solo al lejano Oriente. Según el informe de la OIT, la tercera parte de los niños que trabajan en minas y canteras viven en América Latina y en algunos países de la Europa desarrollada también hay niños que forman parte de la fuerza laboral. Si sumamos los millones que mueren de hambre o la trata de niños en adopciones ilegales, tráfico de órganos o su venta como esclavos, el panorama es desolador.

¿Y en España? Se conocen pocos casos de trabajo infantil, pero Save the Children apuntaba que nuestro país es exportador de turistas sexuales hacia países del Tercer Mundo y productor de pornografía para su uso en Internet. La semana pasada aún fueron detenidas unas decenas de indeseables acomodados en operaciones contra la pederastia y la pornografía infantil.

¿Sirve para algo un Día Contra la Explotación Infantil? Nadie tiene puestas grandes esperanzas en este tipo de celebraciones. Pero las cifras y estadísticas nos recordarán de nuevo que existe esta lacra del trabajo infantil -y otras formas de explotación-, que es la antítesis del trabajo decente y una flagrante violación de sus derechos, entre ellos el más elemental que es "el derecho a ser niño" y disfrutar de su edad biológica. Un balance con escasos resultados.

Wednesday, June 04, 2008

El café de las once

Los sindicatos del Concello pontevedrés estaban un poco alterados la semana pasada por culpa de una circular del concejal de personal que recordaba a los funcionarios "os deberes e principios na actuación de servizos ó Concello". Unas posteriores declaraciones del edil en las que decía que se había detectado cierto descontrol en el cumplimiento del horario por parte de algunos trabajadores soliviantaron más a sus representantes sindicales que se sienten ofendidos, exigen una rectificación y amenazan con una querella en defensa del honor de sus representados.

Hay mucha generalización injusta sobre los funcionarios a los que se les aplica casi sin excepción la práctica del "vuelva usted mañana" de Larra, que retrataba a varios empleados públicos cuya característica común era la pereza. Afortunadamente, hoy la gran mayoría de los trabajadores de las administraciones son cumplidores en la gestión y prestación de servicios al ciudadano; son buenos profesionales, tanto mejores cuanto mejor están dirigidos.

Pero, en cualquier contexto laboral hay excepciones, como en tiempos de Larra. Sostienen los expertos que en toda empresa pública o privada hay un porcentaje de empleados que no solo no dan palo al agua, como se dice en román paladino, sino que se escaquean cuanto pueden en otras obligaciones, incluido el cumplimiento del horario, y no creo que el personal de este Concello escape a regla universalmente aceptada en los tratados de management.

Por eso, visto desde la distancia, no debería resultar ofensiva para nadie, salvo para los incumplidores, una circular que intente corregir los desmadres de una minoría. Y que el concejal la justifique por haber detectado cierto ­ambiente de relajación horaria entre algunos funcionarios -solo algunos, sin generalizar-, es una afirmación constatable en los ámbitos de trabajo, incluido este. Quizá harían falta circulares similares en otras administraciones.

Mancha más el honor de los buenos profesionales el cupo de los compañeros holgazanes que la circular, que a lo mejor no es políticamente correcta, pero es socialmente acertada.