Wednesday, May 28, 2008

Informes inútiles

"Yo debo ser el único catalán al que la Generalitat no le ha encargado un estudio", dice uno de los personajes de Romeu en una viñeta reciente . Es que en Cataluña anda la oposición -y la Fiscalía- investigando cómo y para qué fueron encargados cientos de informes por distintos departamentos del Ejecutivo de aquella comunidad.

Cuentan las crónicas que sólo el año pasado se encargaron nada menos que 1.580 informes a particulares y empresas sobre asuntos muy diversos y con títulos tan curiosos como El cultivo de la chufa y el murciélago nana, Estudio sobre la validación de los portafolios de medicina familiar y comunitaria o Creación de un olor. El coste de todos ellos fue de 32 millones de euros y por algunos se pagaron grandes cantidades por adelantado, cuando esos mismos departamentos tardan nueve meses en pagar a sus proveedores.

Desconozco la utilidad de estos estudios para las labores ordinarias de gobierno, por ejemplo para evitar/gestionar crisis como la del Carmel, los apagones eléctricos del verano o los retrasos de los trenes de cercanías. Ahora bien, el Gobierno catalán está en su derecho de destinar los recursos que quiera a informes sobre las cuestiones que estime oportuno. Allá ellos.

Pero esta moda de los informes parece que es común a casi todos los gobiernos que encargan sesudos trabajos sobre los temas más pintorescos a ex políticos, militantes de sus partidos, a familiares o amigos que copian un supuesto cuerpo de doctrina y se inventan unas conclusiones que no tienen otra utilidad que ir a parar a los cajones de los despachos de sus mecenas. Dicen los que andan por las proximidades del poder que los informes -como los asesores- son la forma más socorrida y la excusa perfecta para sostener o favorecer al amigo o al pariente en dificultades que sobreviven "investigando" para la Administración y en el caso de empresas interpuestas mejoran sus resultados económicos.

No engrandece la democracia que esta tradición de informes inútiles perviva con total impunidad en la gestión política. Es un clientelismo más fino que también malgasta muchos recursos.

Wednesday, May 21, 2008

El juicio del siglo

En el banquillo siete jóvenes vigueses y su delito, haber sustraído de un bar de una bandeja con diez cruasanes. El fiscal sostiene que son responsables de un delito de robo y por ello se enfrentan a penas que van desde los siete a los diez meses de prisión. Pero el caso puede entrañar una mayor gravedad si se demuestra que los chicos comieron los cruasanes. Entonces estaríamos ante un delito consumado y podrían caerles entre uno y tres años de cárcel. En cualquiera de los casos, la pequeña travesura nocturna les va a salir cara.

El juicio, que se iba a celebrar la semana pasada y se suspendió hasta septiembre por falta de "un testigo clave", moviliza a siete abogados de oficio, siete procuradores, el fiscal, el juez y el personal auxiliar para juzgar a siete "peligrosos delincuentes". Estiman los expertos que el coste para la Administración se acerca a los 4.500 euros.

Seguramente estamos ante un procedimiento jurídicamente impecable. Pero ante casos como este es inevitable acordarse de los miles de delincuentes convictos que andan sueltos por resoluciones pendientes; del agresor sexual que estaba en libertad con cargos y hace unos días consumó una nueva violación en Melide; o de la sentencia del Tribunal Constitucional que en febrero absolvía a los Albertos de una condena de cárcel impuesta por el Tribunal Supremo por delitos de estafa y falsedad. Y no es fácil digerir la inmensa desproporción de trato de la Justicia entre los diez cruasanes supuestamente robados y los 4.000 millones de pesetas del caso Urbanor.

Por eso, muchos ciudadanos están convencidos de que es más fácil acabar en la cárcel por el robo de una gallina que por una estafa de considerables proporciones económicas. Y perciben que no todos somos iguales ante la ley o que la ley no es igual para todos.

Curros, en el poema Mirando ó chau, presenta a Dios contemplando desde las nubes un sinfín de miserias humanas en la tierra y al ver el desenlace de un juicio exclama: "Si esto é xustiza, que o demo me leve". Sería una osadía cuestionar esta conclusión del Altísimo.

Wednesday, May 14, 2008

Comisiones de seguimiento

Con las infraestructuras galaicas, sobre todo con la estrella que es el tren de alta velocidad, tendrá mucho que ver la Comisión de Fomento del Congreso. Por eso, es una buena noticia que esta comisión esté presidida por un diputado pontevedrés que seguro conoce las carencias y necesidades del país y, más allá de intereses partidarios, es de esperar que imprima nuevos impulsos -y velocidades- a estas obras a lo largo de esta legislatura considerada determinante para materializar el compromiso verbal de todos con Galicia.

Pero mal haríamos si en materia de infraestructuras confiamos solo en el trabajo de esa comisión, aunque la presida un gallego. En este sentido algo debería decir el Parlamento gallego, que con la fuerza moral de la representación que ostenta, que es mucha, puede ser exigente y hasta beligerante con el Gobierno central en cuestiones tan importantes para el porvenir del país como son el ferrocarril y otras obras.

Por eso, es una mala noticia que los grupos que sustentan al Gobierno hayan rechazado la iniciativa de la oposición que proponía la creación de una comisión mixta Xunta-Administración central para supervisar la realización de las infraestructuras del Estado en Galicia y el cumplimiento de los plazos del AVE. Como también es mala noticia que los mismos socios no se pongan de acuerdo en ampliar las funciones de esa otra comisión de cooperación Galicia-Estado para que pudiera hacer ese mismo seguimiento de las grandes obras. O que todos los grupos tengan criterios tan distantes en cuestión tan significativa como la financiación.

Aquella propuesta de la oposición o la ampliación de las funciones de la comisión de cooperación apuntaban en la dirección de crear un frente común "para hacer país", expresión que tanto gusta en el gobierno bipartito. Pero no fue posible porque no se entienden. Da la impresión de que cada una de las bancadas va a su bola y a veces parece que defienden con más ardor sus intereses partidarios que los asuntos que, como el control de las infraestructuras, todos consideramos trascendentes para Galicia.

Wednesday, May 07, 2008

Rescatados del tajo

Mientras nuestros sindicatos libres expresaban sus reivindicaciones el Primero de Mayo, se supo que la Policía china rescataba a 167 menores de entre nueve y dieciséis años, que habían sido vendidos para trabajar como esclavos en fábricas y talleres que producen artículos destinados para la exportación. Los chicos trabajaban a destajo en jornadas interminables y cobraban en torno a 30 céntimos de euro la hora. Dijo un funcionario local que los patronos actúan así "para reducir costes".

Desgraciadamente, no es un hecho aislado de explotación laboral de niños, ni siquiera el más sonado. Las noticias de redadas en fábricas ilegales acusadas de explotar a sus trabajadores, muchos de ellos menores, son frecuentes en países asiáticos emergentes que pasan de la declaración universal de los derechos humanos, aunque la hayan firmado.

Incluso aquí hubo casos similares con obreros portugueses que trabajaban en la construcción en condiciones y salarios más propios del tercer mundo que de un país de la rica Europa. Es verdad que se trata de abusos puntuales cometidos por empresarios desalmados que una vez denunciados son corregidos por el propio sistema democrático, que suele estar vigilante para evitar tales desmanes.

Por el contrario, los países con regímenes autoritarios consienten como normal y sin escrúpulos el trabajo de menores o la explotación continuada de adultos. En su seno, los sindicatos libres están proscritos, el derecho a la huelga no existe, lo que entendemos por movimiento obrero ni siquiera está en pañales y la Fiesta del Trabajo es una falacia. Y como en economía nadie cree en milagros, cabe preguntar si estas curiosas "relaciones laborales" son el secreto de los crecimientos espectaculares de esas economías emergentes, que causan tanta admiración y hasta papanatismo en occidente.

En fin, que aun admitiendo algún defecto, larga vida a la legislación laboral, al movimiento sindical y a sus conquistas sociales. Algo que tendrán que crear los trabajadores de esos países para que, tras la economía global, se globalicen también sus derechos y los de los niños.

Friday, May 02, 2008

Aeropuertos y sinergias

Una de las propuestas más razonables que se escucharon en los últimos días salió de la Fundación Provigo, que pide a los aeropuertos gallegos que busquen la colaboración entre sí para hacer frente a ese monstruo del sur que es Oporto, que les arrebata pasajeros y mercancías.

Hasta ahora, nuestros ­aeropuertos funcionan como una especie de unidades independientes, celosas de sus pistas y sus aviones al más puro estilo del minifundio galaico. Muchas pautas de gestión se rigen por la rivalidad entre "a aldea de arriba, a aldea do medio e a aldea de abaixo" con el objetivo de arrebatarse distintos destinos, algunos hasta pintorescos, sin que los dirigentes políticos locales regateen recursos en subvenciones millonarias a ciertas compañías para que mantengan rutas de dudosa rentabilidad económica para las ciudades y para la población.

Ahora, la Fundación Provigo reclama un poco de sensatez e insiste en la necesidad de buscar sinergias para que los tres aeródromos conformen una red regional complementaria para lograr conjuntamente una amplia oferta de destinos diferenciados para que todos los gallegos puedan ser clientes potenciales de cada uno de ellos.

La propuesta fue bien acogida por el concejal de Turismo del Ayuntamiento herculino y por su colega de Santiago, que da un paso más y reclama el traspaso de la gestión de los aeropuertos para que la Xunta ejerza la labor de ordenación y coordinación de las tres terminales "pensando como país". Por eso, sorprende el silencio oficial del Gobierno gallego que debería ser el más interesado en que se superen los localismos, ese mal endémico del particularismo en el que cada uno deja de sentirse como parte de un todo y de compartir los planteamientos del conjunto del país.

Siempre es más provechoso generar sinergias, en este caso para abrir nuevas rutas, multiplicar destinos y prestar mejores servicios. Porque los tres aliados ganan en tamaño, flujo de viajeros y mercancías y en competitividad como ­aeropuertos de Galicia. Si siguen inmersos en luchas intestinas, no tienen más futuro que repartirse las migajas que sobren de Oporto.