Wednesday, November 24, 2010

No tenemos remedio

Un joven veinteañero en paro preguntó a Arturo Pérez-Reverte “qué leer”, y el escritor le aconsejó “un libro para aprender idiomas y largarse”. A veces, señala, creo que esto no tiene solución y este país irresponsable, históricamente enfermo, está condenado a repetirse a sí mismo hasta la traca final.

Las palabras de Pérez-Reverte son de una aplicabilidad de libro a Galicia, un país “históricamente enfermo” de rancio localismo, ese mal que corroe su entramado político, que periódicamente contagia a su tejido económico y social y nos lleva a malgastar energías y recursos escasos de forma irracional, triplicándolo todo, e impide acometer proyectos comunes para configurar y vertebrar al país.

Son muchos los ejemplos de rivalidades localistas y peleas pueblerinas estériles, desde la lucha por la capitalidad, las orquestas sinfónicas, las universidades, los puertos exteriores o las áreas metropolitanas hasta el más reciente de la fusión de las cajas. Pero el último episodio se produjo la semana pasada en la reunión del Comité de Rutas Aéreas. Cuando se creó, este Comité tenía como misión coordinar la actividad de los tres aeropuertos gallegos para evitar competencias absurdas entre ellos y buscar sinergias trabajando juntos para prestar el mejor servicio a Galicia y ser más competitivos con el cercano aeropuerto de Oporto.

Con esta intención de coordinar actuaciones se reunieron los políticos de la Xunta y de las tres ciudades aeroportuarias para repartir rutas y vuelos subvencionados -otro día hablaremos de esas subvenciones- y esa xuntanza solo sirvió para escenificar y actualizar sus discrepancias, con un severo rebrote de localismo que es el anticipo del que nos espera en las próximas elecciones municipales. La reunión fue una muestra más de la incapacidad crónica de entendimiento entre los regidores de esas ciudades que están en permanente conflicto y lastran cualquier decisión para acometer conjuntamente proyectos de país.

En fin, que no tenemos remedio. Parafraseando a un personaje de Mingote, “me gustaría ser extranjero para reírme”, pero a veces dan ganas de emigrar, como aconseja Pérez-Reverte. Habrá que rezar para que esa imagen de división no se produzca ante la japonesa Mitsubishi para que no nos deje sin la fábrica de baterías. Que es el proyecto común más inmediato e importante que tenemos.

Wednesday, November 17, 2010

El calvario de las empresas

Conozco a un pequeño empresario que lleva año y medio peregrinando a su concello para cobrar facturas que le deben por distintos servicios prestados. Esa deuda municipal estrangula su economía causándole severos problemas de liquidez para cumplir con sus proveedores, para hacer frente a los créditos de los bancos y para pagar las nóminas de sus empleados.

Lamentablemente, hay miles de casos como este. Hace unos meses, cientos de trabajadores autónomos se manifestaron en Madrid para pedir al Gobierno y a los grupos parlamentarios que las administraciones reduzcan trámites y plazos para pagar las deudas. Y la semana pasada el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos denunciaba la morosidad de las administraciones públicas que les deben más de 34.000 millones de euros e incumplen la ley tardando una media de 158 días en pagar las facturas. Tanta morosidad de las Administraciones provocó la desaparición de 200.000 negocios en los últimos dos años y, de seguir así, a finales del que viene habrán desaparecido unas 100.000 pequeñas empresas más.

Es verdad que siempre hubo demoras en los pagos de las administraciones públicas, pero ahora su morosidad es uno de los efectos perversos de la crisis que las tiene a todas -sobre todo a los ayuntamientos- asfixiadas, incapaces de hacer frente al coste de los servicios que dan a los ciudadanos. Ahora bien, no es razonable que esos servicios se presten a costa de retrasar los pagos a muchas pequeñas empresas creadoras de empleo que, asfixiadas por esas deudas, tienen que cerrar las puertas y enviar a sus empleados al paro. Como bien apunta el presidente de los autónomos, “que no encarguen lo que no pueden pagar”. Dicho en lenguaje coloquial, que no inviten a más rondas con el dinero ajeno.

La mayoría de los empresarios que realizan trabajos para las administraciones tienen que acudir al crédito para financiar circulante y poder hacer frente a los retrasos en los pagos. Pero el crédito tampoco fluye, las deudas se siguen acumulando y sin liquidez el tejido empresarial se ahoga. Por eso, está bien ayudar a las banca, a las eléctricas, al automóvil y a otros sectores, pero es más urgente rescatar a las pequeñas empresas de la morosidad de las administraciones que es una severa amenaza para miles de puestos de trabajo.

La integración de los Balcanes

La UE está a la cabeza de la ayuda al desarrollo de los Balcanes, lo que confirma el liderazgo y la apuesta comunitaria a favor de la región. Hace diez años tuvo que ser la OTAN, con Estados Unidos a la cabeza, la que pusiera fin a la guerra en tierras europeas. A día de hoy, la presencia internacional en la zona sigue siendo significativa y la Unió Europea lleva a cabo una Misión por el Estado de Derecho.

Cabe preguntarse si la UE debería monopolizar y unilateralizar las iniciativas en la región; al fin y al cabo no parecería posible que ni Estados Unidos ni China permitieran injerencias externas en su ámbito de mayor influencia territorial, véase Tíbet o la región de Xianjing en el caso chino y Haití en el caso estadounidense. La hegemonía territorial no debe ser una cuestión menor, y la Unión Europea necesita demostrar al mundo que sabe mandar.

La UE es “el” ejemplo a seguir, siendo el continente que ha conseguido minimizar los conflictos, consolidar las democracias, los derechos humanos, y el último escollo es éste. Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, buena vecindad, refugiados, minorías o reconstrucción son términos que no hacen necesaria mayor explicación para demostrar que los Balcanes Occidentales, y en especial Serbia y Kosovo deben ser el foco de atención prioritario de los esfuerzos comunitarios, no solo para convencerse de los éxitos conseguidos sino también para confirmar al resto del mundo que el trauma de los conflictos en el continente europeo está olvidado y que la estabilidad y seguridad en Europa es internamente inquebrantable.
Queda por ver si los recientes signos de acercamiento entre Bruselas y Belgrado se sostendrán en el tiempo y se prosiguen los pasos para la adhesión de Serbia, aún demasiado condicionada por la Unión Europea.

Son muchos los países que restan para la “Europa total”, pero es un gran comienzo mutuo que la región balcánica se integre. No hay una posición común respecto a Kosovo, pero sí la hay respecto al compromiso por una región próspera, en paz y hacia el desarrollo.

Wednesday, November 10, 2010

Adelgazar la Administración

En los últimos treinta AÑOS, España vivió la experiencia más larga y exitosa de crecimiento económico y progreso social debidos en gran medida a su configuración como Estado de las autonomías. Las comunidades autónomas acercaron la Administración a los administrados buscando en esa cercanía la solución a los problemas y propiciaron la convergencia económica y social entre los distintos territorios españoles. En este sentido nadie políticamente equilibrado cuestiona el modelo.

Pero también es verdad que las autonomías cometieron muchos excesos. Uno de ellos es el haber creado enormes monstruos administrativos que, además de no mejorar la eficiencia en la prestación de servicios al ciudadano, generan un endeudamiento preocupante que requiere medidas de ajuste para racionalizar su estructura y sus costes de funcionamiento. Dice Artur Mas que, si gobierna en Cataluña, su primera medida será adelgazar la estructura política de la Administración pública y racionalizar la estructura administrativa.

Puede que la pregunta no sea políticamente correcta, pero es pertinente: con el sistema partitocrático vigente, sin una reforma de la ley electoral, ¿para qué se necesitan parlamentos tan nutridos en los que los diputados, más que representantes y defensores de un distrito, votan siguiendo las directrices de sus partidos? ¿No harían la misma labor la mitad de los parlamentarios?

Y con la economía estancada, millones de parados, empleo precario y salarios bajos, ¿se pueden sostener 17 administraciones autonómicas tan descomunales -más la estatal, las provinciales y las locales-, con miles de funcionarios, cargos públicos, asesores, personal de confianza, coches oficiales, teléfonos móviles, tarjetas de crédito...? ¿Es razonable que haya tantos organismos prescindibles, tantas empresas públicas fantasma o ruinosas, tantos cargos sin función y tantas duplicidades administrativas? ¿Por qué se gastan tan alegremente nuestros impuestos?

Hay muchas más preguntas, no para cuestionar el modelo de las autonomías sino para rechazar sus abusos y excesos, empezando por recortar los gastos irracionales, insostenibles en tiempos de una crisis que requiere ajustes duros. Muchos analistas dicen que si no se aplica una severa dieta de adelgazamiento a las estructuras administrativas, el Estado puede encaminarse hacia la suspensión de pagos.

Wednesday, November 03, 2010

Las térmicas y Vulcano

Es una buena noticia -sin entrar en detalles- que el paro bajara en Galicia en 6.500 personas en el tercer trimestre. Pero ni con este dato positivo estamos para celebraciones porque, si alguien no lo remedia, próximamente un número similar de trabajadores gallegos engrosará las listas del paro por dos decisiones de Madrid que entrañan una gravedad especial para la economía y el empleo.

La primera es el decreto del carbón que tiene efectos tan perversos para la economía gallega como la paralización o cierre de las Térmicas de As Pontes y Cerceda, la caída de actividad e ingresos en los puertos de Ferrol y A Coruña y, como consecuencia, el paro que afectará a los trabajadores de las dos centrales, de las empresas auxiliares y a los camioneros transportistas. Una ruina económica y una gran frustración social que no evitarán ni la “comisión mixta de seguimiento” -por cierto, sin presencia del Gobierno gallego- ni la paralización por la justicia de la entrada en vigor del decreto, porque tanto el presidente como su ministro de Industria dejaron claro que el Gobierno luchará para que las ayudas al carbón nacional se prolonguen más allá de 2014. Por tanto, la sentencia está echada, ellos saben como “circunvalar” la ley.

 
La segunda decisión es la negativa de la empresa PYMAR, en la que manda mucho el Ministerio de Industria, a conceder un aval de 4 millones para que Vulcano pueda finalizar la construcción del buque sísmico y acceder a nuevos contratos. ¿Esta negativa a avalar esa cantidad, pequeña en términos financieros, oculta una segunda reconversión naval?. Hoy se celebra una reunión en Madrid de la que poco se espera. El clavo ardiendo al que agarrarse es que la Xunta, que ya avaló 17 millones, encuentre la vía legal para salvar al mítico astillero. Están en juego centenares de puestos de trabajo directos e indirectos y el futuro de uno de los principales astilleros de España.

“Yo ambiciono una Galicia luminosa, creativa, emprendedora, capaz de valerse de sus potencialidades”, decía el ministro Blanco el domingo en una entrevista. Yo también, pero con tanto ninguneo, maltrato y castigo, esa Galicia es puro sueño. Más allá del victimismo y del llanto estéril, la percepción es que el Gobierno utiliza de nuevo a este país como moneda de cambio para favorecer otros intereses.