En la soledad de las aldeas o en el bullicio de las villas y ciudades Galicia siempre está presidida por una ermita o un santuario consagrado a la divinidad o bajo una advocación de la Virgen o de los santos. Son cientos los lugares considerados sagrados visitados por romeros y peregrinos, por devotos y curiosos que, con las reuniones gastronómico-culturales, configuran la personalidad de un país festeiro.
Tras las reuniones hogareñas en torno a Navidad, el ciclo de las fiestas y romerías populares empieza por San Blas y tiene su máxima expresión en el estío por San Juan, San Pedro y el Carmen. El sábado y domingo próximos Nuestra Señora y San Roque marcan el final de las fiestas más relevantes del verano.
En torno a la ermita, escribió José María Alvarez Blázquez, toda clase de humanos afanes tiene su asiento: el piadoso anhelar de la ofrecida que camina de hinojos y el turbio maniobreo del moinante que acecha; el devoto recogimiento de la campesina santidad del templo y la dislocada suelta de los instintos? es el expresivo cara y cruz de la romería, su encanto supremo y también su riesgo seguro. Pero quien quiera conocer y profundizar en esta dimensión del país en fiestas deberá consultar Tempos de Festa en Galicia, una publicación de la Fundación Caixa Galicia coordinada por el periodista y escritor Benxamin Vázquez. Están publicados dos tomos en los que un numeroso grupo de antropólogos, etnógrafos, historiadores y otros expertos estudian y describen con todo detalle las fiestas "Entre os reis e o mes de maio" en el tomo I, y "Entre o Corpus e o mes de agosto", en el tomo II. Está en imprenta el tercero y último tomo, que recoge "As últimas de agosto ata reis".
Tempos de festa es un tratado de etnografía que reúne y compendia en relatos cortos de fácil y amena lectura todas las fiestas y las documenta con espléndidas fotografías. Es ya una obra de referencia para conocer en profundidad esta vertiente alegre de Galicia que mientras conserve sus fiestas y romerías, mientras los cohetes y la música susciten alguna emoción y sigan convocando a reuniones familiares y sociales al pie de las ermitas o en las plazas de los pueblos, está conservando una de sus mejores señas de identidad.
Tras las reuniones hogareñas en torno a Navidad, el ciclo de las fiestas y romerías populares empieza por San Blas y tiene su máxima expresión en el estío por San Juan, San Pedro y el Carmen. El sábado y domingo próximos Nuestra Señora y San Roque marcan el final de las fiestas más relevantes del verano.
En torno a la ermita, escribió José María Alvarez Blázquez, toda clase de humanos afanes tiene su asiento: el piadoso anhelar de la ofrecida que camina de hinojos y el turbio maniobreo del moinante que acecha; el devoto recogimiento de la campesina santidad del templo y la dislocada suelta de los instintos? es el expresivo cara y cruz de la romería, su encanto supremo y también su riesgo seguro. Pero quien quiera conocer y profundizar en esta dimensión del país en fiestas deberá consultar Tempos de Festa en Galicia, una publicación de la Fundación Caixa Galicia coordinada por el periodista y escritor Benxamin Vázquez. Están publicados dos tomos en los que un numeroso grupo de antropólogos, etnógrafos, historiadores y otros expertos estudian y describen con todo detalle las fiestas "Entre os reis e o mes de maio" en el tomo I, y "Entre o Corpus e o mes de agosto", en el tomo II. Está en imprenta el tercero y último tomo, que recoge "As últimas de agosto ata reis".
Tempos de festa es un tratado de etnografía que reúne y compendia en relatos cortos de fácil y amena lectura todas las fiestas y las documenta con espléndidas fotografías. Es ya una obra de referencia para conocer en profundidad esta vertiente alegre de Galicia que mientras conserve sus fiestas y romerías, mientras los cohetes y la música susciten alguna emoción y sigan convocando a reuniones familiares y sociales al pie de las ermitas o en las plazas de los pueblos, está conservando una de sus mejores señas de identidad.
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