Sunday, May 03, 2009

Maltrato

El maltrato no tiene justificación. Es denigrante para la condición humana que el diálogo se sustituya por la violencia. Debemos luchar con uñas y dientes contra quienes se aferran a la superioridad impuesta por los puños y el grito frente a los que sólo vamos armados con la palabra desnuda, casi esquelética. Y es un deber inexcusable de los poderes públicos, que han de proteger la razón pacífica frente a la sinrazón del puñetazo cobarde con las armas legítimas que los ciudadanos, detentadores del poder soberano, hemos puesto en sus manos.

Pero también nosotros, la sociedad civil, debemos ser críticos con los poderes públicos cuando se equivocan, y con nuestros vecinos, cuando yerran, y con los medios de comunicación, cuando lo hacen mal. La crítica es inherente a la conciencia social, y debemos enarbolarla como escudo ante cualquier conducta cuestionable.

Reconozcamos, pues, como se merece la conducta individual que antepone el bienestar del otro al egoísmo del desinterés y la mirada huidiza. Revolvámonos contra la humillación del prójimo una y otra vez, mil veces, aunque sólo sea porque ese tercero podría ser en un momento determinado cualquiera de nosotros. Pero no permitamos que, amparados en lo lícito y lo ejemplar, los poderes públicos intenten beneficiarse de la conducta desinteresada vistiéndola con oropeles, medallas y puestos para los que creo en buena lógica que también otros ciudadanos se han hecho acreedores en otros momentos dignos de encomio.

Pero si los poderes públicos se equivocan y merecen nuestra reprimenda, cuando el error es del protagonista no es justo que lo silenciemos para compensar méritos anteriores sin duda sobrados, sino que debemos denunciarlo, porque si no fuera así, quienes en un momento anterior hemos aplaudido esa conducta ajena, ya no sabríamos distinguir si los principios éticos que han sustentado aquella, han sido estrella fugaz en un cielo de sombras o el producto de las creencias de la persona.

Me estoy refiriendo al profesor Neira. En esto comulgo con la periodista María Antonia Iglesias aunque su verbo desatado le traicione en ocasiones. Las buenas obras deben enaltecerse fuera de los focos de la gloria y los dineros de los medios.

No comments: