Hay consenso en el análisis: el efecto más visible y dramático de la crisis es el paro. Pero hay discrepancias profundas en como ponerle remedio porque todos -Gobierno, oposición, patronal y sindicatos- están enrocados en una defensa numantina de sus posiciones.
Simplificando posturas, el Gobierno piensa que el empleo se genera con más gasto público adobado con optimismo y mantiene que no habrá reformas ni recortes para los trabajadores; la oposición anda falta de ideas positivas y abandera el catastrofismo; el objetivo de la patronal es abaratar el despido; los sindicatos se oponen radicalmente a cualquier reforma laboral y predican un plan de choque con acciones que, dicen, disminuirán la destrucción de empleo.
“La salida de la crisis o es social o no es y no voy a admitir ningún chantaje”, dijo el domingo un presidente del gobierno mitinero. Es razonable que ni el presidente, ni los agentes económicos y sociales admitan chantaje alguno, faltaría más. Pero sí que deberían admitir las ideas que pueden ser valiosas para acabar con la sangría del paro.
Como las “propuestas para la reactivación laboral en España” de un centenar de economistas (www.crisis09.es) que, alejados de cualquier cálculo electoral, defienden la necesidad de reformas en el mercado laboral que concretan en cuatro puntos: acabar con la dualidad laboral, cambiar el diseño de protección por desempleo, modernizar la negociación colectiva y reformar las políticas activas de empleo. Son recomendaciones que, además de ser respetuosas con los derechos de los trabajadores, favorecen la creación de empleo en el marco de un nuevo modelo productivo y, por tanto, deberían estudiar los agentes políticos, económicos y sociales para llegar a un acuerdo de mínimos.
“En caso de crisis, es necesaria la unión nacional”, dice el ministro socialdemócrata francés de Exteriores. También aquí es necesario que se reúnan, que pongan sobre la mesa las ideas y que todos cedan en sus posiciones para buscar esa unión nacional -también en Galicia- en la que quepan las reformas estructurales necesarias que dieron buenos resultados en otros países y parece que son premisa de partida para reactivar el empleo y salir de la crisis.
Simplificando posturas, el Gobierno piensa que el empleo se genera con más gasto público adobado con optimismo y mantiene que no habrá reformas ni recortes para los trabajadores; la oposición anda falta de ideas positivas y abandera el catastrofismo; el objetivo de la patronal es abaratar el despido; los sindicatos se oponen radicalmente a cualquier reforma laboral y predican un plan de choque con acciones que, dicen, disminuirán la destrucción de empleo.
“La salida de la crisis o es social o no es y no voy a admitir ningún chantaje”, dijo el domingo un presidente del gobierno mitinero. Es razonable que ni el presidente, ni los agentes económicos y sociales admitan chantaje alguno, faltaría más. Pero sí que deberían admitir las ideas que pueden ser valiosas para acabar con la sangría del paro.
Como las “propuestas para la reactivación laboral en España” de un centenar de economistas (www.crisis09.es) que, alejados de cualquier cálculo electoral, defienden la necesidad de reformas en el mercado laboral que concretan en cuatro puntos: acabar con la dualidad laboral, cambiar el diseño de protección por desempleo, modernizar la negociación colectiva y reformar las políticas activas de empleo. Son recomendaciones que, además de ser respetuosas con los derechos de los trabajadores, favorecen la creación de empleo en el marco de un nuevo modelo productivo y, por tanto, deberían estudiar los agentes políticos, económicos y sociales para llegar a un acuerdo de mínimos.
“En caso de crisis, es necesaria la unión nacional”, dice el ministro socialdemócrata francés de Exteriores. También aquí es necesario que se reúnan, que pongan sobre la mesa las ideas y que todos cedan en sus posiciones para buscar esa unión nacional -también en Galicia- en la que quepan las reformas estructurales necesarias que dieron buenos resultados en otros países y parece que son premisa de partida para reactivar el empleo y salir de la crisis.