Saturday, July 09, 2011

El AVE fantasma

El fantasma no es el AVE gallego que va cobrando cuerpo en forma de vías, túneles y viaductos y, ¡meigas fora!, parece definitivamente encauzado, sino el AVE manchego que unía a Toledo con las ciudades de Cuenca y Albacete, vía Madrid. Costó 3.500 millones de euros y dejó de circular la semana pasada.

Ese tren se puso en marcha en diciembre para transportar diariamente hasta 2.190 viajeros pero trasladaba una media de ¡dieciséis pasajeros!, siete a Cuenca y nueve a Albacete, una ocupación del 4,7 por ciento cuando el umbral de rentabilidad estaba situado en torno al setenta por ciento.

La noticia no abrió los telediarios seguramente porque, como dijo una ministra, "el dinero público no es de nadie". Es cierto que el enorme esfuerzo inversor en infraestructuras hizo posible gran parte del milagro económico español hasta situarnos como la octava potencia económica del mundo y en el nivel de vida de que disfrutamos. Pero muchas inversiones fueron impulsadas y acometidas sin los pertinentes informes y estudios sobre su necesidad y racionalidad económica. Faltó sentido común.

Por eso, este "ave fantasma" no es el único ejemplo de derroche de recursos públicos en la construcción de infraestructuras que nadie necesitaba pero los políticos de turno aplaudieron. Ahí están los aeropuertos de Castellón en el que no ha aterrizado avión alguno o el más conocido de Ciudad Real que, dicen las crónicas, fue uno de los causantes del quebranto económico de la Caja Castilla La Mancha.

También en Galicia tenemos ejemplos de infraestructuras "poco pensadas", concebidas e iniciadas cuando abundaba el dinero, pero escaseaban las ideas. Además de los dos ejemplos más conocidos, ambos inacabados, se hicieron proyectos que poco aportan al bienestar ciudadano y representan una hipoteca económica de futuro, mientras se dejaron de acometer actuaciones más necesarias, como el saneamiento de las rías y otros equipamientos básicos.

Si este fuera un país riguroso, antes de empezar una obra se exigiría, además del preceptivo informe de impacto ambiental, un estudio sobre su necesidad, los beneficios que reporta y la carga económica que representa para el futuro. Sencillamente para evitar que políticos irresponsables, movidos por el corto plazo electoral, dilapiden los recursos públicos en construcciones que son fruto de sus ensoñaciones megalómanas.

No comments: