No estuve entre los afortunados visitantes de las obras de la Ciudad de la Cultura y por tanto ni tengo una idea clara de las dimensiones reales del proyecto, ni puedo glosar su belleza o teorizar sobre sus posibles utilidades culturales.
Se dice que en el Monte Gaiás habrá un conjunto de edificios estéticamente excelentes avalados por el prestigio del arquitecto, que además de "proyecto de Estado" va a ser como una imagen de marca, un nuevo icono, que se suma a los muchos atractivos que tiene Galicia.
Estaríamos, por tanto, ante un nuevo símbolo "para ser contemplado, porque esa es la función más noble de los objetos", como sostiene un personaje creado por Unamuno, que prolongaría en el exterior la imagen de Galicia. Si fuera así, seguramente los beneficios de retorno que obtendría la comunidad justificarían en parte los enormes recursos consumidos, la inversión que aún requiere el proyecto hasta su conclusión y el impacto económico permanente que tendrá su mantenimiento en el presupuesto.
Pero, la sola cuestión estética genera muchas dudas y en tiempos tan pragmáticos la gran pregunta, que no supieron responder los sabios reunidos por la Consellería, es para qué sirve la Ciudad de la Cultura, qué beneficios va a aportar a la cultura gallega. Una segunda cuestión es ver si es económicamente sostenible. Ya se sabe que "el país puede con todo", pero la referencia debe ser la disponibilidad de recursos escasos y la necesidad de aplicarlos a muchos fines alternativos.
Por eso, ante dudas tan severas bienvenida sea la comisión de investigación, que visitó ayer el Monte Gaiás. Debería aportar potentes rayos de luz que aclaren el pasado de un complejo concebido e iniciado con una ligereza espectacular, cuyas irregularidades ya señaló el Consello de Contas, y que definan su función cultural futura y viabilidad económica. Para ahuyentar el temor de que se esté engendrando un monstruo económicamente insostenible y tan poco útil como el Pasatiempo de Betanzos. Pero los precedentes indican que en la Comisión predominará la disputa partidaria sobre el afán clarificador.
Se dice que en el Monte Gaiás habrá un conjunto de edificios estéticamente excelentes avalados por el prestigio del arquitecto, que además de "proyecto de Estado" va a ser como una imagen de marca, un nuevo icono, que se suma a los muchos atractivos que tiene Galicia.
Estaríamos, por tanto, ante un nuevo símbolo "para ser contemplado, porque esa es la función más noble de los objetos", como sostiene un personaje creado por Unamuno, que prolongaría en el exterior la imagen de Galicia. Si fuera así, seguramente los beneficios de retorno que obtendría la comunidad justificarían en parte los enormes recursos consumidos, la inversión que aún requiere el proyecto hasta su conclusión y el impacto económico permanente que tendrá su mantenimiento en el presupuesto.
Pero, la sola cuestión estética genera muchas dudas y en tiempos tan pragmáticos la gran pregunta, que no supieron responder los sabios reunidos por la Consellería, es para qué sirve la Ciudad de la Cultura, qué beneficios va a aportar a la cultura gallega. Una segunda cuestión es ver si es económicamente sostenible. Ya se sabe que "el país puede con todo", pero la referencia debe ser la disponibilidad de recursos escasos y la necesidad de aplicarlos a muchos fines alternativos.
Por eso, ante dudas tan severas bienvenida sea la comisión de investigación, que visitó ayer el Monte Gaiás. Debería aportar potentes rayos de luz que aclaren el pasado de un complejo concebido e iniciado con una ligereza espectacular, cuyas irregularidades ya señaló el Consello de Contas, y que definan su función cultural futura y viabilidad económica. Para ahuyentar el temor de que se esté engendrando un monstruo económicamente insostenible y tan poco útil como el Pasatiempo de Betanzos. Pero los precedentes indican que en la Comisión predominará la disputa partidaria sobre el afán clarificador.
No comments:
Post a Comment