Dice la Consellería de Educación que el 80% de los alumnos titulados en Formación Profesional encuentra un trabajo más estable y con mejor retribución que otros estudiantes con distintos perfiles formativos, incluido el universitario.
Esta rápida transición del sistema educativo al mundo del trabajo indica que hay una convergencia entre los programas de enseñanza y la formación específica que necesita el mercado laboral. Los ciclos formativos que se imparten en planes de estudios cortos son del agrado de los alumnos y satisfacen a las empresas porque transmiten los conocimientos y habilidades, el "saber hacer" que requiere el sistema productivo. Por eso, en muchos ciclos la demanda de titulados supera con creces a la oferta.
Sin embargo, este pleno empleo de los titulados en Formación Profesional no cubre las necesidades de las empresas gallegas porque cerca de la mitad no encuentran trabajadores con formación adecuada y con frecuencia tienen dificultades incluso para encontrar mano de obra sin preparación, según el Índice de Confianza Empresarial elaborado por el Instituto Galego de Estatística. Un problema que afecta a muchos sectores, que suplen la falta de trabajadores nativos con los inmigrantes que la Xunta ayuda a formar.
¿Por qué faltan profesionales cualificados? Porque en Galicia, pese a la fuerte demanda de los titulados en FP y contrariamente a lo que ocurre en comunidades más ricas, tan sólo el 8,3% de los estudiantes que concluyen la ESO se inclinan por sus ciclos formativos, probablemente porque esta enseñanza sigue teniendo una baja valoración social.
Y falta mano de obra, especializada y sin preparación, porque la crisis demográfica se agrava por la persistencia de la emigración de brazos jóvenes, con y sin títulos, que se van huyendo de los contratos precarios, de los salarios bajos y de las duras condiciones de ofertas de empleo que con frecuencia se aprovechan de situaciones de necesidad.
Por eso, para tener trabajadores jóvenes y cualificados, además de potenciar los estudios de FP habrá que mejorar la oferta laboral con empleo de más calidad.
Esta rápida transición del sistema educativo al mundo del trabajo indica que hay una convergencia entre los programas de enseñanza y la formación específica que necesita el mercado laboral. Los ciclos formativos que se imparten en planes de estudios cortos son del agrado de los alumnos y satisfacen a las empresas porque transmiten los conocimientos y habilidades, el "saber hacer" que requiere el sistema productivo. Por eso, en muchos ciclos la demanda de titulados supera con creces a la oferta.
Sin embargo, este pleno empleo de los titulados en Formación Profesional no cubre las necesidades de las empresas gallegas porque cerca de la mitad no encuentran trabajadores con formación adecuada y con frecuencia tienen dificultades incluso para encontrar mano de obra sin preparación, según el Índice de Confianza Empresarial elaborado por el Instituto Galego de Estatística. Un problema que afecta a muchos sectores, que suplen la falta de trabajadores nativos con los inmigrantes que la Xunta ayuda a formar.
¿Por qué faltan profesionales cualificados? Porque en Galicia, pese a la fuerte demanda de los titulados en FP y contrariamente a lo que ocurre en comunidades más ricas, tan sólo el 8,3% de los estudiantes que concluyen la ESO se inclinan por sus ciclos formativos, probablemente porque esta enseñanza sigue teniendo una baja valoración social.
Y falta mano de obra, especializada y sin preparación, porque la crisis demográfica se agrava por la persistencia de la emigración de brazos jóvenes, con y sin títulos, que se van huyendo de los contratos precarios, de los salarios bajos y de las duras condiciones de ofertas de empleo que con frecuencia se aprovechan de situaciones de necesidad.
Por eso, para tener trabajadores jóvenes y cualificados, además de potenciar los estudios de FP habrá que mejorar la oferta laboral con empleo de más calidad.