El Gobierno lleva tiempo ocupado en calmar a unos mercados inquietos y temerosos a los que el ex presidente Aznar “da ánimos” periódicamente de forma irresponsable para que sigan zumbando a la deuda española.
Es verdad que el Tesoro colocó sin sobresaltos las últimas emisiones de bonos aunque fuera pagando una prima de riesgo muy elevada. Pero superar estas pruebas tan solo es un “punto de juego” como se dice en el argot del tenis, porque quedan muchas emisiones de deuda y subsiste el peligro de que perdamos el partido con un temido rescate. Los acreedores aún siguen desconfiando de la capacidad de nuestro país para hacer frente a sus compromisos económicos y demandan más señales de solvencia, que pasan por seguir con el plan de reformas.
Y en ese frente anda el Gobierno, en culminar las reformas pendientes, pero ahora sentado en la mesa del diálogo social en la que negocia con sindicatos y patronal un pacto global que, además de la reforma del sistema de pensiones, abarque un amplio catálogo de asuntos, como cambios en la reforma laboral, políticas de empleo o negociación colectiva.
Llevan días negociando y deberían aclarar ideas y flexibilizar posturas para alcanzar ese pacto y aplacar a los mercados demostrando que “las reformas van en serio”, como exigían los europarlamentarios en Madrid la semana pasada. El pacto es también necesario para corregir desequilibrios estructurales de la economía y despejar el camino de la recuperación para empezar a generar empleo, poder pagar la deuda pública y privada y frenar el más grave deterioro de nuestro bienestar en muchos años. Si se firma, el pacto ayudará a que gobierno, sindicatos y patronal recuperen algo de la credibilidad perdida y que el país serene los ánimos y recobre tranquilidad y confianza. Por todo esto vale la pena intentarlo con fuerza.
En esa negociación falta la oposición. El líder de los populares dijo recientemente que estarían a la altura de las circunstancias, pero de momento no están en esa mesa y parece que tampoco se les espera. Al Gobierno le interesa marginarlos y los populares hicieron todo lo posible para eso ocurriera. Deberían saber que cuando proponen y consensúan medidas para sacar al país de la grave situación en que se encuentra es cuando los ciudadanos perciben de verdad que pueden ser alternativa de gobierno.
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