El decreto del carbón

Parafraseando al gran Pepe Isbert en el papel de alcalde de Villar del Río en “Bienvenido, Mister Marshall”, el Gobierno de España y los diputados gallegos del PSOE y del PP que hemos elegido para el Congreso, “nos deben una explicación” por su proceder en el asunto del Decreto del carbón, validado por la Comisión Europea hasta 2014, que en la producción de electricidad prima el carbón nacional que es más caro, de peor calidad y más contaminante que el importado.

Visto desde Galicia es grave que el Gobierno subvencione la ineficiencia para mantener con vida explotaciones mineras obsoletas y deficitarias. Pero entraña más gravedad que para salvar las cuencas mineras astur-leonesas, el mismo Gobierno condene a las térmicas de Meirama y As Pontes que se verán abocadas al cierre al dejar de producir en beneficio de la energía que producen otras térmicas con carbón español subvencionado, después de realizar inversiones millonarias para adaptar sus instalaciones a la quema de mineral foráneo más productivo y menos contaminante.

Por tanto, el Gobierno está generando un problema para la economía gallega que perderá miles de empleos directos e indirectos y verá languidecer la vida económica de dos importantes comarcas, así como la actividad de los puertos de A Coruña y Ferrol.

¿Qué explicaciones nos dan? “Las centrales gallegas para nada se van a ver afectadas”, miente el Gobierno por boca de De la Vega que, además de tratarnos como imbéciles, quiere que le aplaudamos agradecidos. De los diputados gallegos en Madrid decía el alcalde de Cerceda que ”pouco fixeron…, salvo algún caso illado, non se escoitou unha soa voz contraria o decreto”. El caso aislado fueron los diputados del BNG -los únicos coherentes- que presentaron una propuesta para modificar el decreto del carbón que no fue apoyada ni por los socialistas ni por los populares. ¿Hay remedio? Lo que hay son tímidas protestas, encierros y el anuncio de la Xunta de pelear para tumbar el decreto del carbón o al menos exigir medidas compensatorias, pero presiento que llegamos tarde.

En fin que con el castigo del Gobierno central, con la Xunta despistada y con los diputados gallegos más preocupados por ser fieles a unas siglas que a su país, Meirama, As Pontes y Galicia no necesitan otros enemigos.