Wiki-realidad

La filtración del cuarto de millón de cables diplomáticos del Departamento de Estado de EE UU el pasado mes de noviembre ha puesto de manifiesto tres cosas: el periodismo informativo es imprescindible, quizá más que nunca en este tiempo tan difícil de entender; los gobiernos, no solo Estados Unidos, son opacos incluso frente a sus supuestos aliados; y EE UU no es el “poli malo” a la altura que muchos creen.

Es cierto que la información revelada por la organización que dirige Julian Assange, curiosamente perseguido por la justicia desde hace unas semanas por un asunto algo confuso, resultó una bomba informativa y un duro golpe para la diplomacia norteamericana. No cabe duda de que la imagen de la primera potencia mundial se está viendo dañada y va a perder cierta credibilidad ante el resto del mundo. Sin embargo, hay algo que se debe resaltar: EEUU ni practica ni planea las barbaridades que se especula, sirvan de ejemplo los asesinatos de líderes antiamericanos o las guerras puramente interesadas. Es verdad que estamos pudiendo acceder a otro tipo de información, de mayor calado si se quiere, pero no es el escándalo que se anunció ni preveía, y poco a poco la fuerza con la que se abordó se va diluyendo.

Se ha desvelado información confidencial, pero nada que se aproxime a las más terribles teorías que circulan por las cabezas de muchos; primero porque quiero pensar que no son así, y segundo porque estoy convencido de que no puede ser tan fácil que si EE UU esconde algo de tal calibre, pueda ver la luz. Tal vez haya cosas que por nuestro bien sea mejor no saber, tal vez haya cosas que es imposible saber. Si las Torres Gemelas las tiró la CIA, es impensable que quedara constancia de ello.

Llevo un mes esperando el momento para escribir, un mes en el cual he ido reafirmando mi pensamiento. Aún son muy pocos los documentos analizados y desvelados por los cinco medios internacionales que han tenido acceso, y por supuesto queda muchísimo por descubrir, pero por el momento Wikileaks tan sóolo nos está confirmando algo que cualquier mente crítica podría prever. ¿O no sabemos todos que los gobiernos manipulan, ocultan, tergiversan, presionan, etcétera, en pro de sus intereses? Simplemente había que poner apellidos a los nombres. Despertar la polémica no significa que no convivamos con ella.