Pero a muchos adultos lo que de verdad nos pone y hace entrar en trance festivo son las voces blancas de los niños de San Ildefonso que en esta primera mañana invernal cantan los números de la lotería y anuncian el comienzo de todas las fiestas. Hasta que empiece el sorteo reinan la esperanza y la ilusión porque todos somos potencialmente ricos, al menos los que hemos adquirido la parte alícuota que juega Galicia en forma de series, billetes, décimos o modestas participaciones.
Tal día como hoy don Ciprián de Penalva, que era campesino leído, solía decir que “los sueños nos mantienen en pie y son nuestro refugio en medio de la realidad prosaica”. Tenía razón, porque la existencia sería insoportable sin la fantasía, la ilusión y esos sueños que alcanzan su máxima expresión hoy, cuando los números empiecen a caer de los bombos y los niños canten los premios con esa musiquilla monótona y deliciosa que identificamos con la suerte.
A lo largo de la mañana, la fortuna irá generando emotivas escenas que protagonizarán aquellos que resulten agraciados y ojala que esa misma fortuna nos tenga reservado siquiera un modesto papel como actores en esa gran representación para poder exteriorizar la alegría de un premio, que debe ser incontenible.
Ahora bien, conviene ser moderados, incluso con las ilusiones. La fortuna suele ser escasa, está mal repartida y casi nunca llega cuando se la espera o cuando se la necesita. El campesino de Penalva, que fuera un pedazo de jugador, cada veintidós de diciembre solía recordar aquellas palabras de Ambrose Bierce: “si deseas que tus sueños se hagan realidad, ¡despierta!”. Y añadía que la mejor amiga de la buena suerte es la laboriosidad que él expresaba de forma muy castiza diciendo: “si queres que che toque a lotería, durme de noite e traballa de día”.
Pero hoy es obligado soñar. Por eso, parafraseando la campaña publicitaria, ¡que la suerte nos acompañe!. Y si no toca, nos queda la alegría de disfrutar de los encuentros navideños con los nuestros y de las siempre gratas reuniones con los que queremos. Que no es poco.
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