Parece imposible que la situación del continente africano, a día de hoy, sea igual o incluso mejor que la de los países asiáticos. Pero así es, según el Boston Consulting Group.
Sin embargo, nunca se creyó en África. Cuando pudo haber sido su momento, en los noventa, vivían situaciones similares: conflictos étnicos, genocidios, militarismo, colapsos estatales… Y se creyó en Asia, asimilando cada uno de los países como mundos independientes mientras que África era un todo.
Los datos demuestran que los leones llevan un ritmo de crecimiento del 5,3%, mejorando su situación en el mercado de valores. Egipto ha alcanzado un avance del 39% −mientras MSCI World Index solo un 2%−, y se ha logrado lanzar al mercado internacional a cuarenta empresas, de todos los sectores, que están consiguiendo competir con grandes empresas ya establecidas. Estas African Challengers están creciendo con unas tasas mayores que las empresas estadounidenses, japonesas y alemanas, obteniendo beneficios del 20%, mientras el resto no consigue superar el 10-15%.
¿El truco? Su creatividad, su visión a largo plazo, su búsqueda de nuevos talentos y el apoyo del gobierno a sus planes de inversión. Sin embargo, deben reducir costes, aumentar productividad, centrándose sobre todo en mejorar el sistema educativo, para poder poseer un personal que colabore, en el ámbito empresarial, a lidiar con las fluctuaciones, la volatilidad y todo tipo de conflictos que puedan producirse al abrirse al mundo. El camino está abierto y poco a poco se va demostrando.
Sin embargo, nunca se creyó en África. Cuando pudo haber sido su momento, en los noventa, vivían situaciones similares: conflictos étnicos, genocidios, militarismo, colapsos estatales… Y se creyó en Asia, asimilando cada uno de los países como mundos independientes mientras que África era un todo.
Los datos demuestran que los leones llevan un ritmo de crecimiento del 5,3%, mejorando su situación en el mercado de valores. Egipto ha alcanzado un avance del 39% −mientras MSCI World Index solo un 2%−, y se ha logrado lanzar al mercado internacional a cuarenta empresas, de todos los sectores, que están consiguiendo competir con grandes empresas ya establecidas. Estas African Challengers están creciendo con unas tasas mayores que las empresas estadounidenses, japonesas y alemanas, obteniendo beneficios del 20%, mientras el resto no consigue superar el 10-15%.
¿El truco? Su creatividad, su visión a largo plazo, su búsqueda de nuevos talentos y el apoyo del gobierno a sus planes de inversión. Sin embargo, deben reducir costes, aumentar productividad, centrándose sobre todo en mejorar el sistema educativo, para poder poseer un personal que colabore, en el ámbito empresarial, a lidiar con las fluctuaciones, la volatilidad y todo tipo de conflictos que puedan producirse al abrirse al mundo. El camino está abierto y poco a poco se va demostrando.
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