En los últimos años, desde que se habla de “resucitar” el tren como medio de transporte rápido, casi todos tenemos una fijación con el AVE a Madrid y con el AVE doméstico del corredor A Coruña-Vigo.
Deslumbrados por estas dos nuevas “nosas señoras de ferro”, nos hemos olvidado del tren de cercanías, aquel tren que avanzaba perezosamente recogiendo en las estaciones y apeaderos aislados a muchos ciudadanos que tenían que ir a la cabecera de su comarca natural para hacer unas compras o debían desplazarse a las ciudades para arreglar unos papeles o visitar a un familiar.
Pero es posible que aquel olvido tenga remedio. El ministerio de Fomento, cuyo titular conoce las necesidades de este país, quiere recuperar los 30 kilómetros del trazado del antiguo ferrocarril que une A Coruña con Meirama para llevar el carbón a la Central Térmica. Esa recuperación podría extenderse a la totalidad de los kilómetros que separan A Coruña de Vigo rescatando los tramos liberados de la vieja vía y habilitando una tercera en los 25 kilómetros que fueron aprovechados por el nuevo trazado del AVE. En ambos casos, la complejidad técnica es menor y el coste razonable.
En este intento de aprovechar el viejo ferrocarril se están aunando esfuerzos. Hace unos días la Xunta pedía al ministerio que no sean levantadas las vías sin uso cuando entre en servicio del tren de alta velocidad. Y la semana pasada el Parlamento de O Hórreo reclamó de forma unánime la creación de un ente ferroviario gallego y partidas presupuestarias para implantar de manera prioritaria un servicio de proximidad entre Vigo-Pontevedra, Ferrol-A Coruña y Santiago-Vilagarcía.
Si se recupera este tren, Galicia rescata con él el transporte de mercancías y sobre todo el de viajeros cuando más falta hace, porque los viejos “coches de línea” de las empresas concesionarias del transporte por carretera están dejando de prestar servicios en muchas rutas alegando escasa rentabilidad. El país recupera también un instrumento de progreso que vertebra el territorio, sobre todo en el entorno de las ciudades.
El servicio será completo cuando se reorganice el transporte urbano conectando las estaciones con el centro y las calles y plazas estratégicas de las ciudades.
Deslumbrados por estas dos nuevas “nosas señoras de ferro”, nos hemos olvidado del tren de cercanías, aquel tren que avanzaba perezosamente recogiendo en las estaciones y apeaderos aislados a muchos ciudadanos que tenían que ir a la cabecera de su comarca natural para hacer unas compras o debían desplazarse a las ciudades para arreglar unos papeles o visitar a un familiar.
Pero es posible que aquel olvido tenga remedio. El ministerio de Fomento, cuyo titular conoce las necesidades de este país, quiere recuperar los 30 kilómetros del trazado del antiguo ferrocarril que une A Coruña con Meirama para llevar el carbón a la Central Térmica. Esa recuperación podría extenderse a la totalidad de los kilómetros que separan A Coruña de Vigo rescatando los tramos liberados de la vieja vía y habilitando una tercera en los 25 kilómetros que fueron aprovechados por el nuevo trazado del AVE. En ambos casos, la complejidad técnica es menor y el coste razonable.
En este intento de aprovechar el viejo ferrocarril se están aunando esfuerzos. Hace unos días la Xunta pedía al ministerio que no sean levantadas las vías sin uso cuando entre en servicio del tren de alta velocidad. Y la semana pasada el Parlamento de O Hórreo reclamó de forma unánime la creación de un ente ferroviario gallego y partidas presupuestarias para implantar de manera prioritaria un servicio de proximidad entre Vigo-Pontevedra, Ferrol-A Coruña y Santiago-Vilagarcía.
Si se recupera este tren, Galicia rescata con él el transporte de mercancías y sobre todo el de viajeros cuando más falta hace, porque los viejos “coches de línea” de las empresas concesionarias del transporte por carretera están dejando de prestar servicios en muchas rutas alegando escasa rentabilidad. El país recupera también un instrumento de progreso que vertebra el territorio, sobre todo en el entorno de las ciudades.
El servicio será completo cuando se reorganice el transporte urbano conectando las estaciones con el centro y las calles y plazas estratégicas de las ciudades.