Dos decenas de personas de la consultora Humor Positivo, vestidas con traje de ejecutivo y bombín, reclamaron ante el Ministerio de Trabajo la declaración del uno de abril como Día de la Diversión en el Trabajo.
Los manifestantes pedían al ministro el fomento de un clima laboral más distendido y lúdico, porque el humor "reduce el estrés, estimula la motivación, potencia la creatividad, cohesiona a los equipos y propicia un ambiente laboral más agradable", según esta curiosa agrupación. La risa es seria y responsable y a los españoles nos hace falta más alegría en el trabajo, concluyen.
Hay gente pa tó, volvería a sentenciar El Gallo si los viera, como hizo cuando le dijeron que don José Ortega se dedicaba a pensar. Pero estarán de acuerdo conmigo en que la marcha de esta veintena de manifestantes portando curiosas leyendas es en sí misma una genialidad que aporta un toque relajante en un entorno tan serio, tan solemne y a veces tan tenso y crispado como es el madrileño paseo de la Castellana, la arteria urbana que reúne a mas ejecutivos por metro cuadrado.
Pudiera parecer que los integrantes de esta consultora son unos simples chistosos que quieren dar la nota. Nada más lejos de la realidad. Llevan más de tres lustros investigando sobre el humor, publicando trabajos e impartiendo cursos con títulos tan significativos como La Empresa y el Directivo Divertidos, Motivación y Diversión, Comunicar con Gracia, El Sentido de Humor en la Venta o Fidelizar al Cliente con Humor. Su filosofía es integrar el buen humor en el mundo del trabajo para superar con vitalidad y energía las tribulaciones de esa realidad tantas veces fastidiosa.
Tienen, por tanto, mucho mérito y hay que tomarlos en serio. Porque en ámbitos tan crispados como el político, el empresarial y el laboral, en los que se lucha por formas distintas de poder y se ríe poco, predicar las bondades de la vida relajada y alegre contribuye a que la gente levante el ánimo y erradique de sus vidas el estado de cabreo. Dicen los psicólogos que tomar la vida con optimismo y buen humor es una gran opción para alcanzar el bienestar.
Los manifestantes pedían al ministro el fomento de un clima laboral más distendido y lúdico, porque el humor "reduce el estrés, estimula la motivación, potencia la creatividad, cohesiona a los equipos y propicia un ambiente laboral más agradable", según esta curiosa agrupación. La risa es seria y responsable y a los españoles nos hace falta más alegría en el trabajo, concluyen.
Hay gente pa tó, volvería a sentenciar El Gallo si los viera, como hizo cuando le dijeron que don José Ortega se dedicaba a pensar. Pero estarán de acuerdo conmigo en que la marcha de esta veintena de manifestantes portando curiosas leyendas es en sí misma una genialidad que aporta un toque relajante en un entorno tan serio, tan solemne y a veces tan tenso y crispado como es el madrileño paseo de la Castellana, la arteria urbana que reúne a mas ejecutivos por metro cuadrado.
Pudiera parecer que los integrantes de esta consultora son unos simples chistosos que quieren dar la nota. Nada más lejos de la realidad. Llevan más de tres lustros investigando sobre el humor, publicando trabajos e impartiendo cursos con títulos tan significativos como La Empresa y el Directivo Divertidos, Motivación y Diversión, Comunicar con Gracia, El Sentido de Humor en la Venta o Fidelizar al Cliente con Humor. Su filosofía es integrar el buen humor en el mundo del trabajo para superar con vitalidad y energía las tribulaciones de esa realidad tantas veces fastidiosa.
Tienen, por tanto, mucho mérito y hay que tomarlos en serio. Porque en ámbitos tan crispados como el político, el empresarial y el laboral, en los que se lucha por formas distintas de poder y se ríe poco, predicar las bondades de la vida relajada y alegre contribuye a que la gente levante el ánimo y erradique de sus vidas el estado de cabreo. Dicen los psicólogos que tomar la vida con optimismo y buen humor es una gran opción para alcanzar el bienestar.
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